El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, ha declarado este miércoles la "emergencia económica y social" en el país, y ha anunciado en este marco la retirada del subsidio al combustible y la fijación de nuevos precios, además del aumento del salario mínimo en un 20 por ciento desde el próximo mes.
Paz ha justificado estas medidas afirmando que "quitar subsidios mal diseñados no es castigar al pueblo, es ordenar el Estado y redistribuir con justicia". Según el mandatario, "a Bolivia la arrasaron como en la guerra, nos dejaron sin reservas, sin dólares y con un Estado convertido en botín", en alusión al gobierno de su predecesor, Luis Arce, quien se encuentra encarcelado.
El presidente boliviano ha señalado que los fondos ahorrados por el levantamiento de esta subvención "no se quedarán en el centralismo, sino que se distribuirán en un 50 por ciento directamente a nuestras regiones y gobiernos subnacionales, asegurando que el esfuerzo de todos se convierta en mejores hospitales, escuelas y servicios para cada boliviano".
Además, Paz ha anunciado un aumento del 20 por ciento en el salario mínimo a partir de enero de 2026, llegando a los 3.300 bolivianos (407 euros), mientras que la "renta dignidad para adultos mayores" pasará a ser de 500 bolivianos (poco más de 60 euros).
"Mi prioridad absoluta es proteger su bolsillo mientras estabilizamos el país", ha esgrimido el presidente, quien también ha anunciado el establecimiento del "silencio administrativo positivo para que ningún trámite frene el trabajo de nuestra gente".
Paz, que ha llegado a la Presidencia tras casi dos décadas bajo el Movimiento al Socialismo (MAS), ha agregado que "abriremos las puertas a la inversión con impuestos 0 por ciento para quienes repatríen sus capitales para producir en nuestra tierra".












