El congresista estadounidense Joaquín Castro advirtió que el bloqueo naval ordenado por el presidente Donald Trump a Venezuela es, sin duda, un acto de guerra. Castro, miembro demócrata de la Cámara de Representantes por Texas, es una de las voces dentro del Capitolio que reaccionó a la decisión del mandatario republicano, considerando que está llevando al país a "una guerra que el Congreso nunca autorizó y que el pueblo estadounidense no quiere".
El representante anticipó que mañana la Cámara Baja votará un proyecto de resolución patrocinado por sus colegas de bancada Jim McGovern, Thomas Massie y él que "ordena al presidente poner fin a las hostilidades contra Venezuela". Según Castro, todos los miembros de la Cámara de Representantes tendrán la oportunidad de decidir si apoyan el envío de estadounidenses a otra guerra de cambio de régimen.
Similar opinión expresó la también representante demócrata Nydia Velazquez, quien subrayó que "Trump amenaza con un bloqueo naval del petróleo venezolano, lo que constituye un acto de guerra". Velazquez recalcó que "los estadounidenses no quieren la guerra con Venezuela" e insistió en que "el Congreso debe actuar ahora y detener eso".
Por su parte, el senador demócrata Chris Van Hollen alertó que la "guerra de Trump con Venezuela no tiene como objetivo detener a los narcotraficantes", sino que el verdadero objetivo es el de "un cambio de régimen para apoderarse de las reservas de petróleo y gas de Venezuela para sus amigos multimillonarios". Agregó que esto pondrá "a los estadounidenses en peligro por lo que más importa a Trump: las ganancias".
Entretanto, el también senador demócrata Chris Murphy, miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, expresó que la sesión informativa clasificada con el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth reveló que la administración Trump no tiene justificación legal ni de seguridad nacional para atacar supuestos barcos de narcotráfico en el Caribe y el Pacífico.
Según Murphy, Rubio y Hegseth admitieron ante los legisladores que se cree que los buques acusados de narcotráfico transportaban cocaína, no fentanilo, y que la inteligencia sugería que los barcos se dirigían a Europa, no a Estados Unidos, algo que contradice el pretexto esgrimido por Trump para los ataques.
La decisión de Trump de ordenar el bloqueo total y completo a la entrada y salida de Venezuela de barcos petroleros se produce tras el anuncio de la designación del Gobierno venezolano "como una organización terrorista". El mandatario republicano aseguró que "el régimen ilegítimo de Maduro utiliza el petróleo de estos yacimientos robados para financiarse, el narcoterrorismo, la trata de personas, el asesinato y el secuestro", y que "todos esos recursos deben ser devueltos a Estados Unidos inmediatamente".
Sin embargo, no pocos críticos y analistas políticos recuerdan que Estados Unidos es el verdadero responsable de la ilegal retención de los activos petroleros venezolanos en el exterior. Además, la nueva y arbitraria designación se suma a las que ya pesaban sobre el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles, organizaciones que Washington asegura estarían lideradas por Maduro.
Finalmente, la jefa de Gabinete de Trump, Susie Wiles, encabeza titulares con explosivas declaraciones a Vanity Fair, en las que afirma que el presidente estadounidense tiene personalidad de alcohólico y que pretende seguir bombardeando barcos en el Caribe hasta que su par venezolano "tire la toalla".











