La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una alerta por la rápida expansión de una nueva variante del virus AH3N2, denominada J.2.4.1 o subclado K, que ya ha sido detectada en más de 30 países en todo el mundo.
Según informó la doctora Wenqing Zhang, responsable de la Unidad de Amenazas Respiratorias Globales del Departamento de Gestión de Amenazas Epidémicas y Pandémicas de la OMS, esta nueva variante fue detectada por primera vez en agosto de 2025 en Australia y Nueva Zelanda, y desde entonces ha sido identificada en una treintena de países.
La OMS señala que, si bien los datos epidemiológicos actuales no indican un aumento en la gravedad de la enfermedad, este cambio genético supone una evolución notable del virus. Zhang explicó que los virus de la influenza evolucionan constantemente, por lo que la composición de la vacuna se actualiza de manera regular.
"La OMS realiza un seguimiento de estos cambios, evalúa los riesgos asociados para la salud pública y emite recomendaciones sobre la composición de las vacunas dos veces al año, a través de un sistema mundial de larga data, el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Influenza, en colaboración con otros expertos mundiales", señaló la especialista.
Si bien la nueva variante J.2.4.1 no forma parte de la composición de las vacunas más recientes producidas para la temporada de influenza del hemisferio norte, las primeras evidencias sugieren que las vacunas estacionales actuales continúan ofreciendo protección contra las enfermedades graves y reducen el riesgo de hospitalización.
La OMS estima que se producen alrededor de mil millones de casos de gripe estacional cada año, incluidos hasta cinco millones de casos de enfermedad respiratoria grave. Hasta 650 mil muertes anuales se deben a enfermedades respiratorias relacionadas con la influenza estacional, de acuerdo con datos del organismo sanitario.
Ante esta situación, la OMS hace un llamado a la vigilancia y el monitoreo constante de la evolución del virus, así como a la importancia de mantener las medidas de prevención y control, como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la vacunación, para hacer frente a esta nueva amenaza.











