La Policía de Australia presentó este miércoles, 17 de diciembre, un total de 59 cargos en contra de Naveed Akram, de 24 años, uno de los atacantes del tiroteo masivo del domingo en la playa de Bondi, que dejó al menos 15 muertos y decenas de heridos.
Cabe recordar que el ataque terrorista fue perpetrado por dos sujetos, los cuales fueron baleados por las autoridades. Uno de ellos murió en el lugar y Akram fue internado en un hospital en estado de coma, aunque ayer recuperó la consciencia.
Entre los cargos que se le imputan, se encuentran los correspondientes a 15 asesinatos, además de otros tantos por intento de homicidio, comisión de acto terrorista, exhibición pública símbolos terroristas prohibido y colocación de explosivos en o cerca de un edificio.
El sujeto es de origen paquistaní y actuó junto a su padre, de 50 años. Aunque las autoridades no los han vinculado a una célula islámica concreta, han dejado claro que su motivación para el atentado fue expresamente antisemita.
El atentado fue perpetrado durante la celebración de Hanukkah junto al Mar, reunión que marca el inicio de la festividad judía, que se celebra desde el atardecer del domingo hasta el lunes 22 de diciembre. Al momento del tiroteo había más de 1.000 personas en la playa, según informaron las autoridades locales, que calificaron el hecho desde el primer momento como un ataque terrorista. Entre los muertos se encuentra un niño de 10 años.
Las autoridades han informado que Akram y su padre tenían antecedentes por delitos menores, pero no estaban en el radar de los servicios de inteligencia por actividades terroristas. Sin embargo, el análisis de sus redes sociales y comunicaciones reveló un claro discurso de odio hacia la comunidad judía, lo que habría motivado el ataque.
Los investigadores continúan trabajando para determinar si los sospechosos actuaron solos o si contaron con apoyo de una red más amplia. Por el momento, se han realizado varias redadas y detenciones relacionadas con el caso, aunque las autoridades han pedido cautela y evitar especulaciones.
La comunidad judía de Australia ha expresado su conmoción y dolor por el atentado, calificándolo como un ataque directo contra su identidad y forma de vida. Líderes políticos de todo el espectro han condenado enérgicamente el hecho y prometido reforzar las medidas de seguridad para proteger a la población.
El ataque de Bondi se suma a la larga lista de actos terroristas perpetrados en los últimos años contra blancos judíos y sinagogas en diferentes partes del mundo. Expertos señalan que el antisemitismo sigue siendo una de las principales motivaciones de los extremistas violentos a nivel global.











