El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha generado controversia con sus recientes declaraciones sobre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el presidente electo de Chile, José Antonio Kast. A través de su cuenta en X (anteriormente conocida como Twitter), Petro afirmó que Maduro es un "dictador por concentrar poderes", pero aseguró que no hay evidencia de que esté vinculado al narcotráfico, algo que, según él, es una "narrativa impulsada desde Estados Unidos".
En el mismo mensaje, Petro volvió a arremeter contra Kast, a quien calificó como parte de una tradición ideológica ligada al nazismo. Según el mandatario colombiano, Kast "es hijo y creyente de los nazis" y pertenece a una generación alemana que salió de su país "no para salvarse de Hitler, sino para salvarse de la derrota de Hitler".
Estas declaraciones se dieron en respuesta a un tuit de la periodista Patricia Janiot, quien cuestionó a Petro por llamar "nazi y fascista" a Kast, mientras, según ella, evitaba calificar a Maduro como un "narcodictador y usurpador".
Horas antes, Petro también había aclarado a través de su cuenta en X que "lo que ha ganado en Chile no es la derecha, no se confundan, lo que ha ganado es la extrema derecha que en Latinoamérica, es simple y puro fascismo. Son Nazis y no solo franquistas y desatan, y no se arrepienten, genocidios".
Además, el presidente colombiano aseguró que "su instrumento no es solo el miedo, por eso colocan bombas ellos mismos y los narcotraficantes les ayudan. Es miedo su método político pero también la mentira. Aprendieron de Goebbels a mentir permanentemente para que la sociedad les crea".
Por último, Petro advirtió a los colombianos que "los nazis entraron a las facciones más conservadoras de la derecha colombiana. Pero no son de derechas, son de extrema derecha y dominan la derecha. Por eso han cometido un genocidio de 700.000 muertos asesinados, tanto en Chile como en Colombia".
Las declaraciones de Petro han generado reacciones de diversos sectores políticos, tanto en Colombia como en la región, y han reavivado el debate sobre las tensiones ideológicas y políticas en Latinoamérica.












