El sábado por la tarde, una aeronave de matrícula dominicana con cinco pasajeros a bordo recibió un impacto de bala entre el tanque de combustible y el ala izquierda poco después de despegar del aeropuerto internacional Toussaint Louverture en Puerto Príncipe, Haití. A pesar del incidente, tanto los pasajeros como el piloto, también de nacionalidad dominicana, resultaron ilesos.
La aeronave, una avioneta con matrícula HI-944, está registrada a nombre de la empresa Kiribati Lights, S.R.L. y vuela dentro del espacio aéreo haitiano. Este no ha sido el único incidente reciente, ya que otra aeronave de la compañía Sunrise Haiti también fue objeto de disparos recientemente, sin causar heridos entre sus tripulantes, que incluían dominicanos.
Lamentablemente, la violencia y la criminalidad asociadas al control casi total que ejercen las pandillas armadas, especialmente en la capital haitiana, figuran entre los principales problemas que enfrenta el país en la actualidad. De hecho, en noviembre del año pasado, un vuelo de Spirit Airlines con 44 pasajeros y cuatro tripulantes fue tiroteado cuando intentaba aterrizar en el aeropuerto Toussaint Louverture, obligando a la tripulación a desviar la aeronave hacia territorio dominicano.
Ante esta situación, la República Dominicana ha tomado la decisión de cerrar su espacio aéreo con Haití en estos momentos, en un intento por proteger a sus ciudadanos y a quienes transitan por esa ruta aérea.
Los incidentes ocurridos ponen de manifiesto la grave crisis de seguridad que atraviesa Haití, donde la violencia de las pandillas armadas ha llegado a afectar incluso a la aviación civil. Expertos en la materia señalan que esta situación representa un serio desafío para la estabilidad y el desarrollo del país, y exigen una respuesta contundente por parte de las autoridades haitianas y de la comunidad internacional.










