La ciudad de Guatemala se ha visto sacudida por un nuevo escándalo judicial, luego de que un juez de turno resolviera que Damaris Xiomara Velásquez Figueroa, de 34 años, enfrente un proceso penal por extorsión en forma continuada. La investigación revela que la mujer, quien se desempeñaba como enfermera auxiliar en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), prestaba su cuenta bancaria para recibir depósitos producto de la extorsión.
Velásquez fue capturada el pasado 10 de diciembre en la zona 6 de la capital guatemalteca. Según la Policía Nacional Civil (PNC), la enfermera tiene vínculos con Wilfredo Alfredo Monzón Paniagua, alias "el Sniper", quien es el cabecilla del temido Barrio 18 y se fugó recientemente del centro carcelario Fraijanes 2.
Los registros del centro penitenciario indican que Velásquez visitó en repetidas ocasiones a Monzón Paniagua antes de que se diera la fuga. Esto ha levantado sospechas sobre una posible complicidad de la enfermera en la evasión del peligroso líder de la pandilla.
La audiencia de etapa intermedia para Velásquez ha sido programada para el 23 de enero del 2026. Mientras tanto, la mujer ha sido enviada a prisión preventiva mientras continúa la investigación sobre su presunta participación en las actividades delictivas de la Mara 18.
Este caso pone de manifiesto la compleja trama que existe entre miembros de pandillas y personas que, aparentemente, no tienen vínculos directos con ellas. La captura de Velásquez evidencia la necesidad de fortalecer los controles y la vigilancia dentro de instituciones públicas como el IGSS, donde los delincuentes podrían estar infiltrándose para cometer sus crímenes.
La lucha contra la extorsión y la delincuencia organizada sigue siendo uno de los mayores desafíos que enfrenta Guatemala. Casos como este demuestran que aún queda mucho trabajo por hacer para erradicar estas problemáticas y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
