El presidente argentino, Javier Milei, celebró efusivamente el triunfo de José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile, calificándolo de "aplastante" y asegurando que es "un paso más" en América Latina hacia la defensa de "la vida, la libertad y la propiedad privada".
Milei, quien se ha caracterizado por su discurso pro-libertario y crítico al socialismo, expresó a través de sus redes sociales su satisfacción por el resultado electoral en Chile. "Estoy seguro de que vamos a trabajar juntos para que América abrace las ideas de la libertad y podamos liberarnos del yugo opresor del socialismo del Siglo XXI", escribió el mandatario argentino.
Por su parte, el jefe de gabinete, Manuel Adorni, también utilizó sus redes sociales para saludar a Kast y felicitar su elección, afirmando que "la libertad y la defensa de la propiedad privada serán parte del camino que viene. Dios bendiga a Chile".
La victoria de Kast, un político de derecha que ha sido catalogado como "ultraconservador" por sus posturas en temas como la inmigración y los derechos LGBTIQ+, ha sido interpretada por Milei y su equipo como un triunfo para la causa libertaria en la región.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina manifestó la "voluntad de trabajar conjuntamente" con Chile y otros países de la región "en la defensa de los principios de la democracia, la libertad y el respeto irrestricto de los derechos humanos", con el objetivo de "enfrentar los desafíos comunes y promover el crecimiento económico y la prosperidad".
Asimismo, el gobierno argentino expresó su disposición para comenzar a dialogar con las nuevas autoridades chilenas en temas prioritarios como la lucha contra el narcotráfico, la promoción del comercio y las inversiones, y la cooperación en sectores clave de la economía.
La celebración del triunfo de Kast por parte de Milei y su equipo refleja la afinidad ideológica entre ambos mandatarios y su apuesta por una agenda política de corte conservador y pro-mercado en la región. Sin embargo, esta postura también ha generado rechazo y preocupación entre sectores de la izquierda y el progresismo, quienes temen que este "paso más" hacia la libertad pueda implicar un retroceso en materia de derechos y políticas sociales.












