El domingo 18 de diciembre, una escena de terror se vivió en Bondi Beach, una de las playas más emblemáticas de Sídney, Australia. Alrededor de las 6:45 p.m., se reportaron múltiples disparos que dejaron al menos 12 personas muertas y 11 heridas.
Según testigos presenciales, dos atacantes vestidos de negro y armados con rifles semiautomáticos abrieron fuego indiscriminadamente contra la multitud que disfrutaba de la playa. "Escuchamos los disparos. Fue impactante; se sintió como diez minutos de solo 'bang, bang, bang'. Parecía un arma potente", relató Camilo Díaz, un estudiante chileno que se encontraba en el lugar.
La policía de Nueva Gales del Sur informó que uno de los presuntos atacantes murió y el segundo se encontraba en estado crítico. Además, señalaron que se encontraron "varios objetos sospechosos" en las inmediaciones, los cuales estaban siendo examinados por oficiales especializados.
Si bien no hay una confirmación oficial, el ataque parece haber estado dirigido contra la comunidad judía. El domingo estaba previsto en Bondi Beach un evento llamado "Chanukah by the Sea" con motivo de la festividad judía de Janucá.
El presidente israelí, Isaac Herzog, calificó el tiroteo de "ataque cruel contra los judíos" y pidió a las autoridades australianas que refuercen la lucha contra el antisemitismo. Por su parte, el jefe de la Asociación Judía de Australia, Robert Gregory, declaró que el tiroteo fue "una tragedia, pero completamente previsible" y denunció que el Gobierno "no tomó las medidas adecuadas para proteger a la comunidad judía".
La colina cubierta de césped que da acceso a Bondi Beach, una de las playas más concurridas de Sídney, estaba llena de objetos abandonados por las personas que huyeron despavoridas, incluyendo un cochecito de bebé. Según testigos, se vio a "al menos diez personas en el suelo y sangre por todas partes".
Las autoridades australianas han abierto una investigación para esclarecer los hechos y determinar si se trató de un ataque antisemita. Mientras tanto, la comunidad judía y la población en general se encuentran conmocionadas por este brutal episodio de violencia en uno de los lugares más emblemáticos de Sídney.
