El Salvador se posiciona como la nación más segura del hemisferio occidental

El Salvador se ha consolidado como la nación más segura del hemisferio occidental, logrando una notable reducción de la violencia y el crimen organizado en los últimos años. Según los más recientes informes, el país ya suma más de 1,085 días sin homicidios desde 2019, y en 2025 alcanzó 286 días libres de asesinatos atribuibles a las pandillas.

Este logro se debe en gran medida a la implementación del llamado "modelo Bukele", una estrategia integral de seguridad que ha sido reconocida y replicada por otros gobiernos de la región. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ha priorizado el combate frontal contra el crimen organizado, el narcotráfico, el tráfico de armas y la trata de personas, con la colaboración de la Policía Nacional Civil (PNC) y las Fuerzas Armadas.

Recientemente, las autoridades han intensificado las acciones contra pequeños grupos e individuos involucrados en el comercio de drogas y otras actividades delictivas. En una operación esta semana, fueron capturados 16 sospechosos de vender cocaína, metanfetaminas y marihuana en centros de tolerancia y bares de San Salvador, Sonsonate y La Libertad.

Además, la Fiscalía General de la República, con el apoyo de la PNC, desarticuló una organización delictiva que falsificaba documentación para apropiarse de vehículos e inmuebles en la capital del país, un modus operandi también utilizado por las pandillas.

Estas acciones han transformado el entorno de seguridad en El Salvador, donde ahora niños, adultos mayores y personas con discapacidad pueden moverse sin el constante peligro del tráfico agresivo y el acecho de las pandillas, que antes eran una amenaza omnipresente.

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, reconoció recientemente el "modelo Bukele" como una herramienta eficaz para el combate del crimen, y suscribió un acuerdo de seguridad bilateral denominado "Escudo de las Américas" con el objetivo de fortalecer la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico, el tráfico de armas, la trata de personas y el lavado de dinero.

Con estos avances, El Salvador se reafirma como la nación más segura del hemisferio occidental y busca establecer una tasa de homicidios cercana a uno por cada 100 mil habitantes, un hito que parecía inalcanzable hace algunos años.