La comunidad Ng be Buglé de Panamá ha decidido dar un paso fundamental para preservar su legado cultural: pasar de la tradición oral a la escritura. Después de siglos de transmitir su historia, sabiduría y cosmovisión a través de relatos, cantos y enseñanzas de los mayores, este pueblo indígena enfrenta el desafío de documentar sus conocimientos ancestrales antes de que se pierdan frente a la creciente influencia de la globalización y la modernización.
La escritura se ha convertido en una necesidad vital para garantizar que los saberes del pueblo Ng be Buglé perduren a largo plazo. Al registrar por escrito sus costumbres, idiomas, mitos, deportes y formas de organización social, se evita que se pierdan en el olvido o ante la presión de culturas dominantes. Además, esto permite que las nuevas generaciones accedan a sus raíces de una manera más sistemática y reflexiva.
Sin embargo, este proceso no está exento de desafíos. La oralidad indígena no solo transmite información, sino también emociones, gestos y contextos espirituales que la escritura a veces no puede reflejar por completo. Por ello, el paso de lo oral a lo escrito debe realizarse desde una perspectiva original, liderada por los propios miembros de la comunidad y respetando sus formas de narrar y significados simbólicos.
"La escritura debe ser una acción autónoma y respaldada, liderada por los integrantes de este pueblo, quienes son los legítimos guardianes de su memoria", explica el texto. No se trata de adaptar los saberes Ng be Buglé a la lógica occidental, sino de usar la escritura como una herramienta adicional para mantener su resistencia y afirmación cultural.
En este sentido, la comunidad Ng be Buglé cuenta con el apoyo de la Ley 88 de 2010, que reconoce la lengua y los alfabetos de los pueblos indígenas de Panamá. Esto ha permitido que se enseñe el idioma materno Ng bere o Buglere en las escuelas desde el nivel primario, fortaleciendo la transmisión de la cultura a las nuevas generaciones.
Expertos y líderes de la comunidad coinciden en que este proceso de documentación escrita es fundamental para preservar la identidad y la memoria ancestral del pueblo Ng be Buglé, evitando que se pierdan prácticas y tradiciones que forman el núcleo de su cosmovisión. La escritura se convierte así en una herramienta de soberanía cultural, un acto político y académico de reafirmación de la identidad de este pueblo indígena.
