El Pan de Pascua, un clásico navideño chileno, ha evolucionado a lo largo de los años, convirtiéndose en un símbolo de identidad culinaria nacional. Desde sus orígenes europeos, esta preparación ha adoptado ingredientes y técnicas locales, desarrollando un aroma y textura únicos que lo distinguen.
Cada temporada, diversos concursos y certámenes reconocen a los mejores exponentes de este dulce tradicional. En 2025, el Concurso del Mejor Pan de Pascua del Gran Santiago, organizado por PuntoChef, coronó como ganador a Repostrería, cuya versión destacó por su textura húmeda, aroma especiado y equilibrio entre dulzor y frutos secos. Cerca de 50 muestras fueron evaluadas a ciegas por un jurado de expertos.
Por otro lado, el certamen organizado por Indupan, Fechipan y la Escuela Internacional Artebianca alcanzó una cifra histórica con 106 participantes provenientes de distintas regiones. El título al Mejor Pan de Pascua 2025 fue para Panadería Tomás Moro, seguido por The Moment Gourmet y Pastelería Gloria Mery.
Estas instancias promueven la repostería local, rescatan oficios tradicionales y fomentan la producción artesanal, demostrando la diversidad y profesionalización que ha alcanzado esta preparación navideña.
Pero el Pan de Pascua no solo se reinventa en concursos. Marcas icónicas como Varsovienne y Cory también actualizan la tradición, lanzando ediciones limitadas y propuestas gourmet que conectan con nuevos gustos y estilos de consumo.
Varsovienne, por ejemplo, presentó una edición inspirada en "El Cascanueces", con un packaging temático que convierte cada producto en una pieza de regalo. Por su parte, Cory rescata sus clásicos centroeuropeos, como el Pan de Pascua y el Stollen, adaptándolos a la identidad chilena.
Tradición, industria, artesanía y cultura siguen dando forma a uno de los sabores más queridos del calendario navideño chileno. Y mientras los panaderos locales demuestran su talento, las marcas innovadoras refuerzan el rol emocional del Pan de Pascua como símbolo de la Navidad.
