Hace cien años nació en Guatemala uno de los grandes defensores de la libertad y el libre mercado en América Latina: Manuel Ayau Cordón, conocido cariñosamente como "Muso". Su legado como educador, emprendedor y pensador influyente sigue vigente hoy, cuando se conmemora el aniversario de su nacimiento.
Ayau Cordón fue el fundador de la Universidad Francisco Marroquín, una institución emblemática en Guatemala que se ha destacado por promover los valores del liberalismo clásico. Pero su impacto va mucho más allá de esa obra visible. Fue un incansable educador y un emprendedor movido por una genuina curiosidad y una convicción inquebrantable en favor de la libertad individual y los mercados libres.
Quienes tuvieron la oportunidad de interactuar con él recuerdan su claridad de pensamiento y su coraje para defender sus principios. Uno de esos encuentros marcó a fuego al autor de esta nota: cuando buscó su consejo para crear la primera red de inversionistas ángeles en Guatemala, Ayau Cordón no solo lo apoyó económicamente, sino que le transmitió una lección fundamental.
"Apoya a los emprendedores, pero mantén siempre el enfoque en el libre mercado. Aléjate de los mercantilistas. Fingen ser pro-mercado, pero solo buscan proteger sus intereses. Ellos le hacen más daño a las ideas de la libertad que sus detractores", le dijo Ayau Cordón con su característica franqueza.
Esa advertencia sobre la diferencia entre el capitalismo y el mercantilismo -ese juego de privilegios y favores que nada tiene que ver con los mercados libres- sigue siendo vigente hoy. Y es una de las lecciones que Ayau Cordón legó a quienes abrazaron su visión de una sociedad de personas libres y responsables.
A cien años de su nacimiento, el legado de Manuel Ayau Cordón sigue siendo un faro que ilumina el camino hacia el verdadero progreso. Su convicción de que la creatividad, la innovación y la capacidad de crear valor real deben ser las reglas del juego, y no las conexiones políticas ni los favores negociados, es un mensaje que resuena con fuerza en tiempos en que la libertad enfrenta nuevos desafíos.
Honrar su memoria implica seguir defendiendo esos principios con la misma claridad de pensamiento y el mismo coraje que él demostró a lo largo de su vida. Solo así podremos asegurar que Guatemala y América Latina sigan avanzando hacia una sociedad verdaderamente libre.
