El 9 de diciembre de 1985, tras más de 500 horas de audiencia y 800 testigos, la Cámara Federal condenó a cinco de los nueve integrantes de la jerarquía militar de la última dictadura argentina. Este juicio, conocido como el "Juicio a las Juntas Militares", marcó un hito en la recuperación de la democracia en el país.
El proceso judicial comenzó el 22 de abril de 1985, una vez que la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) entregó el Informe Nunca Más, que sirvió como una de las principales pruebas de la causa. El tribunal, integrado por los jueces León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, Jorge Torlasco, Andrés D'Alessio, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz, condenó a prisión perpetua a Jorge Rafael Videla y Emilio Massera, los máximos líderes de la dictadura.
También fueron condenados Orlando Ramón Agosti a 4 años y 6 meses, Roberto Eduardo Viola a 17 años y Armando Lambruschini a 8 años de prisión. La sentencia marcó un hito en la lucha por los derechos humanos y la justicia en Argentina, y sentó un precedente fundamental para la recuperación de la democracia en el país.
El Juicio a las Juntas Militares fue un proceso complejo y desafiante, que enfrentó numerosos obstáculos y resistencias. Sin embargo, la determinación de las víctimas, los organismos de derechos humanos y el compromiso de la Justicia lograron que se hiciera justicia y se condenara a los máximos responsables de la brutal represión durante la dictadura.
Treinta y siete años después, el Juicio a las Juntas Militares sigue siendo un símbolo de la lucha por la verdad, la memoria y la justicia en Argentina. Su legado ha sido fundamental para el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el respeto a los derechos humanos en el país.










