El Gobierno de Colombia anunció un incremento del 23% en el salario mínimo, llevándolo a $1.750.905 mensuales. Esta medida, si bien busca combatir la desigualdad, tendrá importantes implicaciones en el sistema de pensiones y las finanzas públicas del país.
Según el análisis de expertos, el aumento del salario mínimo impactará de manera desigual a los pensionados colombianos. Mientras que aquellos que reciben una pensión alineada al salario mínimo verán un ajuste cercano al 23% en sus mesadas, el resto de los pensionados solo tendrán un incremento del 5%, equivalente a la inflación.
"Lo que va a tener que pagar el Estado para pagar las pensiones de Colpensiones, se incrementa en una cifra cercana a 20%", afirmó Luis Felipe Jiménez, socio fundador de Logique Consulting. Esto se debe a que la mayoría de los pensionados de Colpensiones reciben una mesada equivalente o cercana al salario mínimo.
Por otro lado, el incremento del salario mínimo también encarece el costo de las rentas vitalicias ofrecidas por las compañías de seguros a los afiliados de los fondos de pensiones. Según Diego Bernal, profesor de finanzas personales en el Cesa, "se hace cada vez más difícil encontrar que compañías de seguros asuman el pago de pensiones cercanas al salario mínimo legal porque no pueden cargarse el riesgo de un presidente que suba la pensión cuatro veces la inflación".
Adicionalmente, el aumento del salario mínimo impacta a la población no jubilada que cotiza en el régimen de ahorro individual. Jiménez sostiene que "el aumento del salario mínimo encarece el costo de una pensión mínima, ya que hace que más personas no alcancen a financiarla con su ahorro y deban recurrir al Fondo de Garantía de Pensión Mínima, cuyo faltante terminaría siendo asumido por el Estado".
La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) ha señalado que es "irónico" que el Gobierno haya declarado una emergencia económica por la falta de recursos, sin tener en cuenta el grave impacto fiscal que tiene este aumento en la economía.
En conclusión, si bien el incremento del salario mínimo busca mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, también representa un desafío importante para la sostenibilidad del sistema de pensiones y las finanzas públicas del país. Expertos coinciden en que el Gobierno deberá tomar medidas para mitigar estos efectos y garantizar la estabilidad del sistema.
