Israel ha anunciado que a partir del 1 de enero suspenderá los permisos para operar en la Franja de Gaza a más de dos docenas de organizaciones humanitarias, incluidas Médicos Sin Fronteras (MSF) y Cáritas. Esta decisión dejará fuera al 15% de las ONG que trabajan en la región, debido a que no cumplen con las nuevas condiciones de evaluación impuestas por Tel Aviv.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu argumenta que estas medidas responden a una "perspectiva legal y de seguridad", ya que en Gaza "vieron a cientos de trabajadores humanitarios ser asesinados". Sin embargo, las organizaciones afectadas, como el Consejo Noruego para Refugiados, CARE International, el Comité Internacional de Rescate y Oxfam, han cuestionado duramente la decisión, advirtiendo que las nuevas normas son arbitrarias y podrían poner en riesgo al personal humanitario sobre el terreno.
Estas entidades brindan una amplia gama de servicios esenciales en Gaza, que incluyen la distribución de alimentos, la atención médica, la asistencia a personas con discapacidad, la educación y el apoyo en salud mental. Su suspensión se enmarca en la polémica sobre la entrada de ayuda humanitaria, considerada insuficiente por muchas ONG frente a las necesidades de más de dos millones de habitantes en el enclave palestino.
El Gobierno israelí sostiene que cumple con los compromisos establecidos en el alto el fuego que entró en vigor el 10 de octubre, mientras que las ONG cuestionan esas cifras y advierten que los suministros siguen siendo insuficientes. Además, el Parlamento israelí aprobó una reforma que despoja a la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) de su inmunidad y autoriza la expropiación de sus locales en Jerusalén Este, así como el corte de suministros esenciales.
Esta decisión aumenta la tensión sobre la presencia y operación de organismos internacionales en territorios palestinos bajo control israelí, en un contexto en el que la ayuda humanitaria sigue siendo vital para la población de Gaza, que enfrenta aún altos niveles de inseguridad alimentaria y una situación "crítica", según las agencias de la ONU.











