Las autoridades de California confirmaron el hallazgo del cuerpo de Erika Fox, una triatleta de 55 años que había sido reportada como desaparecida tras un ataque de tiburón ocurrido en la Bahía de Monterrey el pasado 21 de enero.
La deportista desapareció mientras realizaba un entrenamiento de nado en mar abierto junto a su esposo, Jean-Fran ois Vanreusel, y otros integrantes de un club local. Testigos presenciaron el momento en que un escualo merodea al grupo y se alejó con un cuerpo entre sus fauces.
Tras un amplio operativo de búsqueda encabezado por la Guardia Costera de Estados Unidos, en coordinación con bomberos y corporaciones policiales locales, los restos de Erika Fox fueron finalmente localizados a aproximadamente 48 kilómetros del punto donde fue vista por última vez. La identidad fue confirmada oficialmente por familiares directos.
Al momento del hallazgo, la triatleta aún portaba su traje de neopreno y una banda electromagnética diseñada para repeler tiburones, lo que sugiere que intentó defenderse del ataque. Durante los actos conmemorativos, su esposo Jean-Fran ois Vanreusel expresó que Erika se caracterizaba por vivir sin miedo y con plenitud.
La tragedia ha conmocionado a la comunidad deportiva y ha puesto en evidencia los riesgos que enfrentan los atletas que entrenan en aguas abiertas, especialmente en zonas frecuentadas por tiburones. Expertos en seguridad acuática recomiendan extremar las precauciones y estar atentos a las advertencias de las autoridades para evitar incidentes similares en el futuro.
