A partir del 1 de enero de 2026, nueve estados de Estados Unidos reducirán gradualmente sus impuestos estatales sobre la renta individual, una decisión que puede representar un alivio económico para la comunidad latina, pero que también conlleva riesgos que deben analizarse con cuidado.
Según un análisis de la Tax Foundation y reportes de CBS News, estados como Kentucky, Georgia, Iowa, Nebraska y Mississippi han aprobado recortes de miles de millones de dólares al impuesto sobre la renta, a menudo escalonados y condicionados a metas de recaudación. Esto significa que, para un trabajador latino con ingresos medios, estas bajas pueden representar desde decenas hasta varios cientos de dólares adicionales al año.
Sin embargo, la decisión de mudarse a un estado con impuestos más bajos no es tan sencilla. Investigaciones como el informe "State Tax Cuts After the Pandemic" del Volcker Alliance advierten que la eliminación o reducción drástica del impuesto a la renta podría reducir de manera sustancial los recursos disponibles para servicios públicos, como transporte, salud y educación.
Además, el Instituto de Política y Tributación (ITEP) señala que estos cambios pueden volver los sistemas fiscales más regresivos, es decir, que los hogares de menores ingresos terminen pagando, proporcionalmente, una mayor parte de sus ingresos en impuestos estatales y locales.
Por lo tanto, antes de tomar la decisión de mudarse a un estado con impuestos más bajos, los miembros de la comunidad latina deben analizar cuidadosamente el panorama completo, incluyendo factores como el costo de vida, la calidad de los servicios públicos y las oportunidades laborales y educativas. Consultar con asesores fiscales y organizaciones comunitarias latinas puede ser clave para tomar una decisión informada y que se ajuste a las necesidades de cada familia.











