Estados Unidos y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) firmaron un acuerdo histórico este lunes en Ginebra, mediante el cual la Administración de Donald Trump aportará 2.000 millones de dólares a 17 programas de asistencia en emergencias de Naciones Unidas durante el año 2026.
Este memorando de entendimiento llega tras un año de drásticos recortes de Estados Unidos a la cooperación humanitaria internacional, que anteriormente superaba los 10.000 millones de dólares anuales. Según el subsecretario de Asuntos Humanitarios de EE.UU., Jeremy Lewin, la nueva forma de canalizar la ayuda será "dos veces más eficiente" que antes de la llegada de Trump a la presidencia.
Los 17 programas que recibirán fondos estadounidenses incluyen asistencia a cuatro países latinoamericanos (El Salvador, Guatemala, Haití y Honduras), así como a zonas en crisis como Ucrania, Birmania, Siria, República Democrática del Congo y Sudán. Sin embargo, la ayuda no se extenderá a Gaza, donde Estados Unidos y su aliado Israel cuestionan el papel de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
El acuerdo fue firmado por Lewin y el coordinador humanitario de Naciones Unidas, Tom Fletcher, quien destacó que "millones de vidas se salvarán en 17 países" gracias a esta contribución. Fletcher agradeció el "liderazgo y la contribución" del presidente Trump y del secretario de Estado Marco Rubio.
Lewin señaló que la Administración Trump encontró un sistema humanitario "que había crecido más allá de sus posibilidades y que era insostenible", por lo que el acuerdo busca reformar y hacer más eficiente la respuesta de la ONU a las emergencias globales. Fletcher admitió que Naciones Unidas está priorizando su eficiencia, eliminando duplicidades y burocracia, para garantizar que cada dólar gastado salve vidas.
Ambas partes coincidieron en que este acuerdo marca "sólo el comienzo" de una nueva fórmula de cooperación entre Estados Unidos y la ONU en materia humanitaria.











