En un llamado urgente a la acción, un artículo publicado en un medio de prestigio hace un contundente análisis de la situación política y moral de la República Dominicana. La pieza, escrita por un Foro y Frente Cívico y Social, denuncia cómo durante décadas una clase política dominante ha contribuido a degradar la vida pública, normalizando el privilegio, la trampa y la impunidad.
El texto afirma que cuando lo público se convierte en mercancía, el daño deja de ser un asunto de élites y se convierte en una fractura moral, social y espiritual. Cita datos que respaldan la percepción extendida de corrupción en el país, ubicado en el puesto 104 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción 2024.
Ante este panorama, el artículo hace un llamado a un "despertar de conciencia sostenido y pacífico" que convierta la indignación en organización y la esperanza en disciplina. La clave, afirma, está en honrar la Constitución como norma viva, no como símbolo ceremonial.
Esto implica, entre otras cosas, aceptar que no puede haber Estado de derecho con corrupción estructural, ni democracia con clientelismo, ni justicia con privilegios. Significa también convertir el servicio público en honor y no en negocio, proteger el dinero del pueblo como sagrado, y asegurar consecuencias reales a quienes roben lo común.
El artículo hace un llamado a los ciudadanos comunes a asumir un "pacto sencillo": renunciar a pagar sobornos, a pedir favores indebidos y a justificar privilegios; informarse antes de opinar, exigir rendición de cuentas en lo local y participar más allá del voto. "Un país cambia cuando cambia lo que su gente considera 'normal'", sentencia.
Lejos de caer en el cinismo o el extremismo, el texto invita a una acción cívica firme pero constructiva, que convierta la indignación en organización y la esperanza en disciplina. Una verdadera sacudida de conciencia que, de acuerdo al artículo, es la única forma de salvar a la República Dominicana.









