Las elecciones municipales en Honduras se han convertido en una verdadera prueba de fuego para el sistema democrático del país. Al menos 15 alcaldías se encuentran en una situación de empate técnico, con diferencias de apenas unos pocos votos entre los candidatos.
El escrutinio especial, un proceso que implica la revisión detallada de actas y papeletas, se ha convertido en el punto decisivo para determinar quiénes serán los próximos alcaldes de estos municipios. Funcionarios electorales trabajan contrarreloj para resolver estas apretadas contiendas, en las que una sola acta puede inclinar la balanza.
En Goascorán, Valle, el nacionalista Alcides Gaspar Paz Morales roza la reelección con una ventaja de apenas 0.06 puntos porcentuales, es decir, cuatro votos, sobre Elmer Aníbal Cruz Velásquez, del partido Libre. En Camasca, Intibucá, Ignacio Bautista (Libre) aventaja por tres votos (0.09 puntos) a Mario Díaz (Partido Nacional).
Incluso en la capital, Tegucigalpa, la diferencia entre los candidatos Juan Diego Zelaya y Aldana es de solo 888 votos (0.21 puntos), con 430 actas pendientes de revisión. Estos márgenes tan estrechos ponen en evidencia que, en estas elecciones, el poder municipal no se define por grandes mayorías, sino por detalles mínimos.
Según el exmagistrado del extinto Tribunal Supremo Electoral, Augusto Aguilar, este patrón de alcaldías reñidas no es nuevo, pero sí más frecuente en el proceso reciente. "Cuando las diferencias son reducidas, dos o tres actas mal contadas pueden definir al ganador; por eso es indispensable verificar las inconsistencias para reflejar la voluntad popular", advirtió.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras ha señalado que el escrutinio especial enfrenta "conductas deliberadamente dilatorias y obstructivas", lo que ha retrasado el proceso más de lo previsto. Sin embargo, el plazo es inamovible: antes de las 11:59 p.m. de este 30 de diciembre, el país debe conocer a sus nuevas autoridades municipales.
Estas elecciones municipales ponen a prueba la fortaleza de la democracia hondureña. Cuando el margen de victoria es mínimo, la transparencia y la verificación de los resultados se vuelven cruciales para que cada municipio conozca, por fin, quién gobernará en los próximos años.
