En el cierre de un año marcado por avances tecnológicos, Guatemala se encuentra en un momento clave de adaptación y aprendizaje. El 2025 dejó lecciones importantes sobre cómo la tecnología se ha vuelto parte integral de la vida cotidiana, transformando la forma en que trabajamos, aprendemos y nos comunicamos.
La pandemia aceleró la adopción de herramientas digitales en todos los ámbitos. Hoy, el celular se ha convertido en una herramienta de trabajo, creación y conexión para muchas familias. Las videollamadas, las ventas por redes sociales y el aprendizaje en línea se volvieron parte de la normalidad, incluso en los rincones más remotos del país.
Estos cambios no han sido fáciles, pero han demostrado la resiliencia y la capacidad de adaptación de los guatemaltecos. Ahora, el desafío es integrar la tecnología de manera responsable y asegurarse de que todos puedan beneficiarse de ella.
"La tecnología no nos reemplaza, usada de buena manera nos ayuda a hacer mejor nuestro trabajo", afirma el informe. En este sentido, el papel del Estado es clave: invertir en educación digital, en infraestructura tecnológica y en un gobierno electrónico que facilite los trámites y permita a las personas concentrarse en lo esencial.
Más allá de las nuevas herramientas, el 2025 dejó otra lección importante: aprender ya no depende solo de la escuela o de un libro. Hoy, las personas pueden adquirir nuevas habilidades, idiomas u oficios desde su teléfono móvil. Esta flexibilidad se vuelve crucial en un mundo que exige constante adaptación y crecimiento personal.
Al mirar hacia el 2026, la pregunta no es qué nueva tecnología aparecerá, sino cómo usarla de manera responsable e inclusiva para que todos puedan beneficiarse. El desafío no es tecnológico, sino humano: integrar a más personas y comunidades en este proceso de transformación digital.
Guatemala llega al 2026 con retos importantes, pero también con una fortaleza silenciosa: su gente. Jóvenes, adultos y migrantes que se han adaptado rápidamente, demostrando su capacidad de aprender y crear en un mundo en constante evolución.
El futuro no se espera, se construye. Y ese trabajo comienza ahora, con pequeños pasos y con la decisión de aprender algo nuevo. Que este nuevo año nos encuentre con esperanza, con fe y con la voluntad de construir cosas buenas juntas.
