Albert Ramdin, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), hace balance de su primer año al frente de la organización en medio de un escenario especialmente volátil en la región. Ramdin, primer político del Caribe en acceder al cargo, se ha visto obligado a gestionar una OEA sin consenso interno para fijar una posición común ante las crecientes tensiones.
Entre los principales desafíos que enfrenta Ramdin se encuentran el endurecimiento de los movimientos militares de Estados Unidos frente a países como Venezuela, Colombia y México, la crisis de legitimidad en Venezuela que divide a los Estados miembros, y la falta de acuerdo para establecer una postura conjunta de la OEA.
En este contexto, el diplomático surinamés ha optado por un perfil más cauteloso que su antecesor, José Luis Almagro, buscando preservar el frágil equilibrio institucional mientras el Caribe se sitúa en el centro de una geopolítica cada vez más militarizada.
En una entrevista con varios corresponsales en Washington, Ramdin abordó diversos temas clave, entre ellos las amenazas de Donald Trump de atacar dentro de Venezuela, la comunicación con la opositora María Corina Machado, y la posibilidad de que Estados Unidos se retire de la OEA.
Sobre Venezuela, Ramdin reconoció que no existe una posición unificada dentro de la membresía de la OEA, pero afirmó que, como secretario general, defenderá los principios fundamentales de la organización, como la democracia, los derechos humanos y las elecciones libres y justas. En ese sentido, señaló que ha mantenido comunicación con todas las partes, incluida Machado, con el objetivo de entender las posiciones de todos los actores y buscar caminos posibles hacia adelante.
Respecto a la posibilidad de que Estados Unidos se retire de la OEA, Ramdin indicó que ha estado en contacto con representantes de la Administración Trump y les ha expresado que la organización es uno de los activos más valiosos de la política exterior en el hemisferio, también para EE.UU. Asimismo, destacó que en los últimos meses se ha observado un cambio gradual en la percepción de Washington, con un mayor compromiso y diálogo.
Finalmente, Ramdin se refirió a la tendencia de líderes regionales que opinan o cuestionan procesos electorales en otros países, algo que, a su juicio, no es una buena práctica y que debería ser objeto de debate en el seno de la OEA, pues la responsabilidad principal de elegir a un gobierno corresponde al pueblo de cada país.












