El gobierno de Cuba ha anunciado una serie de nuevas medidas económicas en respuesta a las masivas protestas que sacudieron al país en los últimos meses. Estas protestas, las más grandes vistas en la isla en décadas, fueron desencadenadas por el descontento popular con la crisis económica y la escasez de alimentos y medicinas.
Después de semanas de tensión y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel reconoció la gravedad de la situación y prometió tomar acciones concretas para aliviar la difícil situación que enfrentan los ciudadanos.
Entre las principales medidas anunciadas se encuentran:
1. Flexibilización de las regulaciones para la apertura de pequeños negocios privados en sectores como la restauración, el transporte y los servicios. Esto busca impulsar la actividad económica y generar más empleos.
2. Aumento del salario mínimo y de las pensiones, así como de los subsidios a productos de primera necesidad como alimentos y medicinas. El objetivo es mejorar el poder adquisitivo de la población.
3. Facilitación de los trámites y permisos para la importación de alimentos, medicamentos y otros bienes de consumo. Esto apunta a incrementar la oferta y reducir los desabastecimientos.
4. Apertura a una mayor participación del capital extranjero en sectores estratégicos como el turismo, la agricultura y las telecomunicaciones. Se espera atraer más inversión y tecnología.
5. Implementación de un sistema de doble moneda, con el peso cubano y el dólar estadounidense circulando de forma paralela. Esto busca unificar el tipo de cambio y reducir las distorsiones en la economía.
Estas medidas, que serán implementadas de forma gradual en los próximos meses, representan un giro significativo en la política económica del gobierno cubano, tradicionalmente reacio a adoptar reformas de mercado. Sin embargo, la presión de las protestas y la gravedad de la crisis parecen haber obligado a las autoridades a tomar decisiones más audaces.
Analistas locales y expertos internacionales han recibido con cautela estos anuncios, advirtiendo que su éxito dependerá de la voluntad política para llevarlos a cabo de manera efectiva y sostenida. Advierten también que se necesitarán cambios más profundos y estructurales para resolver los problemas de fondo que afectan a la economía cubana.
Por el momento, los cubanos aguardan con expectativa y algo de escepticismo ver si estas medidas logran aliviar sus dificultades cotidianas y dar un respiro a la crisis que ha sumido al país en una profunda recesión.











