El gobierno del presidente electo José Antonio Kast planea otorgarle a su esposa, Pía Adriasola, un papel más activo como Primera Dama, recuperando así una institución valorada a lo largo de la historia de Chile. Aunque han surgido críticas, el nuevo gobierno ve en este rol una oportunidad para fomentar la inclusión de las personas en situación de discapacidad, una de las minorías más numerosas del país.
Si bien Chile ha avanzado en materia de inclusión, aún persisten asuntos pendientes, como la falta de concienciación sistemática sobre este tema. Según el Semáforo del Cumplimiento de la Fundación Chilena para la Discapacidad, este derecho se encuentra en "rojo", es decir, incumplido.
El gobierno de Kast busca aprovechar el rol de Primera Dama para trabajar por aquellas personas con discapacidad que enfrentan barreras que impiden su participación plena. Pía Adriasola tendría un equipo, presupuesto y un rol colaborativo asociado a distintas causas sociales, lo que podría marcar un cambio histórico en la forma de entender este cargo.
Algunos críticos han cuestionado la figura de la Primera Dama, considerándola un "adorno" y un cargo decorativo. Sin embargo, el nuevo gobierno plantea que Adriasola no lo vea como un cargo vacío, sino como una oportunidad para impulsar la inclusión de las personas con discapacidad, que representan casi 3 millones de chilenos y chilenas.
La intención de Kast de dotar a Adriasola de un papel más activo en el gobierno genera expectativas y debate. Algunos ven en ello una oportunidad para visibilizar y atender las necesidades de un sector históricamente relegado, mientras que otros mantienen sus reservas sobre el rol de la Primera Dama. En cualquier caso, el gobierno electo busca marcar un cambio en la forma de entender esta institución.










