El pasado fin de semana, un trágico accidente ferroviario sacudió al estado de Oaxaca, México. El Tren Interoceánico, que conecta el Pacífico con el Golfo de México, descarriló dejando un saldo de 13 personas fallecidas y alrededor de 98 heridos.
La Secretaría de Gobernación informó que los heridos se encuentran hospitalizados en cuatro clínicas de la región, entre ellas el Hospital IMSS Bienestar de Juchitán y el Hospital IMSS Bienestar de Ixtepec. Las autoridades activaron de manera inmediata los protocolos de atención a emergencias para garantizar la atención médica a las víctimas.
El accidente ocurrió cuando el tren, que transportaba pasajeros, descarriló por causas aún no esclarecidas. Testigos presenciales relataron escenas de caos y desesperación, con pasajeros atrapados entre los vagones destrozados.
Las labores de rescate y atención a los heridos se prolongaron por varias horas, con la participación de equipos de emergencia, bomberos y personal médico de la región. Las autoridades informaron que ya se encuentra en marcha una investigación exhaustiva para determinar las causas del siniestro.
Esta tragedia ha conmocionado a la población de Oaxaca y ha puesto en evidencia la necesidad de reforzar la seguridad y el mantenimiento de la red ferroviaria en el país. Expertos en transporte señalan que este tipo de accidentes suelen estar relacionados con fallas en la infraestructura o el mantenimiento de los equipos.
Las familias de las víctimas han recibido el apoyo de las autoridades y de la sociedad civil, que se ha volcado en muestras de solidaridad y acompañamiento en este difícil momento. Las investigaciones continúan para esclarecer las causas del descarrilamiento y determinar las responsabilidades correspondientes.
