La antigua ciudad de Antiguo Cuscatlán, en El Salvador, fue testigo este sábado de la tradicional procesión de los Santos Niños Inocentes, una celebración católica y cultural que conmemora la trágica masacre ordenada por el Rey Herodes en busca de eliminar al recién nacido Jesús.
Las familias salvadoreñas llegaron desde diferentes partes del país para participar en esta festividad, portando imágenes de los niños Dios y vistiendo coloridos trajes que representan diversas ocupaciones. Las carrozas y canastas decoradas desfilaron por las calles hasta ingresar al templo, acompañadas por Santa Juana, en un acto de devoción y agradecimiento por los favores recibidos.
La llegada de los niños es un símbolo de la fe católica en esta época de Navidad y fin de año, donde se recuerda no solo el nacimiento de Jesús, sino también la cruel matanza ordenada por Herodes, en un intento por acabar con la vida del Hijo de Dios.
El 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, la Iglesia celebra una solemne eucaristía en la que se recuerda esta fecha trágica y se pide por la justicia y la paz de las familias. Aunque en algunos países esta fecha también se asocia con bromas y juegos, en Antiguo Cuscatlán prevalece la devoción y el recuerdo de aquellas vidas inocentes que fueron segadas por el odio.
Los pastores de la Iglesia señalan que, si bien la masacre de los niños inocentes pertenece a la historia, hoy en día existen nuevas formas de violación a los derechos de los más vulnerables, como la pobreza, la marginación y la indiferencia hacia los pobres, así como el abuso y la explotación de niños y niñas. Por ello, esta celebración también se convierte en un llamado a la conciencia y a la acción para proteger a los más desvalidos.












