Tras un arduo trabajo conjunto con familiares, defensores y organizaciones, el Comité por la Libertad de los Presos Políticos en Venezuela (Clippve) ha confirmado la liberación de 63 personas durante la reciente jornada de excarcelaciones en el país. Sin embargo, la disparidad entre los datos oficiales y los verificados por las ONG es notoria.
Mientras el régimen venezolano asegura que fueron liberadas 99 personas, las listas elaboradas por organizaciones y grupos de presos políticos muestran diferencias significativas. El grupo de 63 liberados está compuesto por tres adolescentes, 21 mujeres y 39 hombres.
"En un contexto de opacidad oficial, miedo y represión, donde muchas familias aún temen hablar o confirmar públicamente la liberación de sus seres queridos, sigue siendo un desafío conocer la totalidad de los casos", señala el Clippve.
Según el periodista y defensor de Derechos Humanos, Luis Carlos Díaz, ex preso político venezolano, "seguimos teniendo más de mil presos políticos en el país", cifra que, según él, no ha disminuido significativamente a pesar de los anuncios de excarcelaciones.
Enfatizó que entre los liberados no figura ningún dirigente de partidos políticos opositores, y que la mayoría son civiles, además de tres de los cinco adolescentes que permanecían en prisión. Aún quedan dos menores encarcelados, uno de ellos sentenciado a diez años por ser hijo de un funcionario policial crítico con el chavismo.
Un analista consultado por Infobae advierte que la mayoría de los excarcelados recientes, quienes aún no gozan de plena libertad, carecen de vínculos políticos y son considerados "presos postelectorales". Según este experto, la liberación de estos ciudadanos envía un mensaje contundente a la sociedad civil: cualquiera que desafíe al Estado, al que califica como omnipotente y represivo, enfrentará represalias.
"Los liberados continúan bajo presión y vigilancia, ahora sujetos a medidas cautelares que restringen sus libertades", agrega el analista.
Nelson Mendoza Blanco, asesor de estrategia en Metis, comparte sus sentimientos encontrados tras la excarcelación de varios venezolanos. Experimenta "alegría por la liberación de ciudadanos decentes de Tocorón, una de las cárceles más temidas del país, e indignación porque nunca debieron haber estado tras las rejas".
Según Mendoza, estos liberados "no incurrieron en delitos electorales ni violaron la ley", sino que eran "simples ciudadanos cumpliendo con la Constitución", lo que los hacía "aún más peligrosos para el poder". Fueron miembros de mesa, testigos electorales y parte de los equipos de defensa del voto opositor.
"El 'delito' que se les atribuyó fue defender el acto electoral, un pilar sagrado en cualquier democracia. Por ello, fueron convertidos en ejemplo, víctimas de un castigo que no solo buscaba su escarmiento, sino advertir a las generaciones futuras", denuncia Mendoza.
La liberación de estos ciudadanos, concluye, "no borra la arbitrariedad de su detención, ni la tortura psicológica que sufrieron, ni el uso del sistema penal como herramienta de represión política. No se trata de justicia, sino de cálculo político. No es clemencia, sino propaganda".











