La Policía Nacional de Panamá aclaró que no tuvo participación alguna en la demolición del monumento chino ubicado en el mirador del Puente de las Américas, una obra que honraba a la comunidad chino-panameña. Según el comunicado oficial, las acciones fueron ejecutadas exclusivamente por la seguridad municipal de Arraiján, bajo órdenes de la administración local, y sin relación con la cadena de mando de la Policía.
Por su parte, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) también negó cualquier implicación en la remoción del monumento. La entidad precisó que ninguna cuadrilla ni personal del MOP realizó trabajos de demolición, ni existió instrucción administrativa para ello, lamentando que se intente vincularlos a esta acción.
La alcaldesa de Arraiján, Stefany Peñalba, asumió la decisión y la calificó de preventiva y técnica, asegurando que no responde a presiones políticas ni busca menospreciar la historia de la comunidad china en Panamá. Sin embargo, el MOP reiteró su compromiso con la transparencia, el respeto institucional y el desarrollo del país, dejando claro que cualquier actuación relacionada con el monumento fue autónoma de la alcaldía de Arraiján.
Este incidente ha generado controversia y preocupación en la comunidad china-panameña, quienes consideran que la demolición del monumento es un ataque a su identidad y legado cultural en el país. Algunos líderes comunitarios han exigido una explicación detallada de los motivos que llevaron a esta decisión, así como la posibilidad de reconstruir el monumento en otro lugar.
La Policía Nacional y el Ministerio de Obras Públicas han intentado deslindarse de cualquier responsabilidad en la demolición, lo que plantea interrogantes sobre la cadena de mando y la coordinación entre las diferentes entidades gubernamentales involucradas en este caso. Expertos en patrimonio cultural y relaciones internacionales han expresado su preocupación por las posibles implicaciones diplomáticas que este incidente pueda tener, especialmente en un momento en que Panamá busca fortalecer sus vínculos con China.
A medida que se desarrollan las investigaciones y se exigen respuestas, la demolición del monumento chino en Panamá se perfila como un caso que pone a prueba la capacidad del gobierno de gestionar la diversidad cultural y mantener buenas relaciones con la comunidad china-panameña y con el gigante asiático.












