La reforma laboral que se debate en el Congreso argentino propone un sistema de "salarios dinámicos" que atarían la remuneración de los trabajadores a su productividad individual, en lugar de los tradicionales esquemas salariales. La medida, presentada como una forma de incentivar la productividad y reducir los costos laborales, genera fuertes críticas de los gremios, que la interpretan como una nueva forma de flexibilización encubierta.
El proyecto de reforma laboral, que ya cuenta con dictamen del Senado y será debatido en febrero de 2026, busca modernizar los convenios colectivos y establecer salarios que premien el desempeño de cada trabajador. La idea es que los convenios fijen una exigencia mínima basada en "la empresa más desfavorecida en la zona más desfavorecida del país", lo que podría implicar reducir los pisos salariales convencionales y permitir que cada firma ajuste los sueldos de acuerdo con sus resultados.
Desde el Gobierno se asegura que el nuevo sistema de "salarios dinámicos" ayudará a reducir los costos laborales y fomentar el empleo formal, bajo la premisa de que el salario "no necesariamente debe estar atado a la inflación, sino al rendimiento del trabajador". La propuesta se inspira en modelos aplicados en otros países, donde la remuneración por productividad adquirió diferentes formas y alcances.
Sin embargo, los gremios, las organizaciones sindicales y los especialistas en derecho laboral observan con preocupación esta iniciativa, ya que consideran que podría derivar en una flexibilización encubierta de las condiciones laborales. Según los expertos, el sistema "nivela hacia abajo los derechos y salarios de millones de trabajadores", al transformar los pisos convencionales en techos de negociación individual y debilitar la fuerza de los convenios colectivos.
Además, al desvincular el salario de la inflación, se corre el riesgo de que el poder adquisitivo de los trabajadores se deteriore aún más en un contexto de precios en alza. "Con este modelo, el riesgo económico se traslada del empleador al empleado", sostienen desde los sindicatos.
Si el proyecto se aprueba, las paritarias podrían cambiar de forma sustancial, pasando de negociar aumentos generales por rama o sector a definir los ajustes salariales según el rendimiento o la productividad individual. Esto, según los gremios, debilitaría la negociación colectiva y aumentaría la desigualdad entre trabajadores dentro de una misma empresa, al depender de evaluaciones subjetivas o criterios empresariales.
