Las reformas estructurales anunciadas para 2026 presentan un panorama complejo, donde la promesa macroeconómica se enfrenta a la realidad territorial, según expertos consultados.
El economista Darío Ezequiel Díaz, en declaraciones a medios locales, señaló que "las economías regionales del Nordeste enfrentan condiciones estructurales que ninguna reforma legal resuelve por sí sola". Esta advertencia pone de manifiesto los desafíos que trascienden los anuncios a nivel nacional y requieren soluciones adaptadas a las particularidades de cada región.
Las reformas estructurales, que incluyen cambios en áreas como la tributaria, laboral y previsional, buscan impulsar la reactivación económica y la competitividad del país. Sin embargo, los expertos advierten que su implementación efectiva dependerá de cómo se aborden las necesidades específicas de las economías regionales, especialmente aquellas con mayores rezagos.
"No basta con una reforma a nivel macro, es necesario entender la heterogeneidad de nuestras provincias y diseñar políticas que se ajusten a esa realidad", afirmó Díaz. Según el economista, factores como la infraestructura, la logística y las condiciones de mercado varían significativamente entre las diferentes regiones, lo que exige un abordaje más integral y descentralizado.
Uno de los principales desafíos es lograr que las reformas estructurales no se limiten a un enfoque centralista, sino que incorporen las necesidades y particularidades de cada territorio. Esto implica una mayor coordinación entre el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, así como la participación activa de los actores locales en la definición e implementación de las políticas.
"Necesitamos una mirada más federal, que reconozca la diversidad de nuestras economías regionales y que diseñe soluciones a medida", enfatizó Díaz. De lo contrario, advierte, las reformas corren el riesgo de quedar desconectadas de la realidad y no lograr el impacto deseado en el desarrollo económico de todo el país.
En este contexto, los expertos llaman a un abordaje integral que combine los esfuerzos a nivel nacional con una implementación adaptada a las necesidades de cada región. Solo así, sostienen, las reformas estructurales podrán convertirse en una verdadera herramienta para impulsar el crecimiento económico de manera equilibrada y sostenible.











