La hegemonía cultural es el dominio que ejerce la clase dominante en una sociedad a través de instrumentos ideológicos como la educación, los medios de comunicación y las instituciones gubernamentales. En el caso de Panamá, este dominio ha sido ejercido por la burguesía transitista y financiera, así como por la oligarquía liberal y la plutocracia corrupta y clientelar neoliberal.
Según el filósofo materialista italiano Antonio Gramsci, este consentimiento al gobierno del grupo dominante se logra mediante la difusión de ideologías a través de diversas instituciones sociales. Es decir, la hegemonía cultural funciona al enmarcar la cosmovisión de la clase dominante y las estructuras sociales y económicas que la encarnan como justas y legítimas, aunque en realidad solo beneficien a esa clase.
En el caso particular de Panamá, el autor del artículo sostiene que esta hegemonía cultural se ha mantenido a través de la imposición de valores y prácticas políticas de los sectores dominantes, "consensuados" supuestamente con toda la sociedad. Esto explica la dificultad que tienen las fuerzas sociales y políticas subalternas para conducir al panameño de a pie por la senda de la liberación ideológica y salir de esa especie de servidumbre aceptada.
Para romper con esta hegemonía, el autor propone varias medidas:
1. Cambiar los programas de educación que no enseñan a pensar ni a criticar, y que mantienen el dominio burgués oligárquico.
2. Romper con el dominio del oligopolio mediático, tanto privado como público, que reproduce las ideas y la cultura gobernante.
3. Limitar el ámbito de las iglesias al ámbito privado, separando de manera efectiva el Estado de la Iglesia.
4. Elegir a los jueces y magistrados por el pueblo, y no por una sola persona que representa la hegemonía de la burguesía financiera y transitista.
5. Convocar una Asamblea Constituyente Originaria, convocada por el poder constituyente del soberano popular, que dé paso a una nueva hegemonía: la del pueblo.
En resumen, el autor considera que la batalla que debe librar la intelectualidad al servicio de los humildes es por las mentes de las masas, y que la refundación de la República panameña es la clave para romper con la hegemonía cultural de la clase dominante.









