Marianela Núñez, la bailarina principal del Royal Ballet de Londres, ha llegado a Cuba para cumplir un sueño pendiente: bailar por primera vez para el público cubano. La artista argentina, de 43 años, se presenta junto al cubano Patricio Revé en el clásico "Don Quijote" en el Teatro Nacional de Cuba, bajo la dirección del Ballet Nacional de Cuba.
Núñez, considerada una de las bailarinas más importantes del mundo, ha cautivado a los cubanos con su magia y poderoso dominio de la técnica. En su país natal, la han apodado la "Messi del ballet" por su impactante presencia en el escenario.
"Estar aquí era un sueño pendiente", confiesa la artista, quien ya había intentado presentarse en Cuba en 2009, pero un imprevisto sanitario lo impidió. Ahora, Núñez llega con el viento a favor, tras el éxito de sus presentaciones junto a Revé en el Teatro Colón de Argentina.
La química y complicidad entre ambos intérpretes ha sido clave para cautivar al público. "Patricio tiene una habilidad, una sensibilidad que te hace sentir segura. Pero lo lindo que tiene, lo hermoso, que realmente me llegó, fue el carisma y su luz especial", explica Núñez.
La artista argentina destaca la tradición y escuela cubana de danza, de la que se siente muy cercana gracias a su vínculo con figuras como Carlos Acosta y la maestra Loipa Araújo, con quien ha trabajado en Londres previo a su viaje a La Habana.
"Ver a alguien así, que fue creado en una institución donde hay tradición, historia, escuela como la cubana, reconforta. Hay una ética de trabajo, un respeto hacia la danza. Patricio es alguien de quien los cubanos deben estar superorgullosos, porque han creado algo bello", afirma Núñez.
Durante los ensayos en el Ballet Nacional de Cuba, la artista se ha mostrado meticulosa en la preparación de cada detalle, buscando la conexión perfecta con la música y su partenaire. Su objetivo es brindar al público cubano una "fiesta de ida y vuelta", llena de cariño y emoción.
"Saber que bailo para un público apasionado por lo que hago, supone un regalo enorme. Será una fiesta de ida y vuelta, porque sé que recibiré mucho cariño, pero van a recibir mucho cariño de mi parte también", expresa Núñez.
Con casi tres décadas de carrera, la bailarina argentina asegura que su sueño es seguir cuidando su cuerpo para poder seguir danzando por mucho tiempo más. Su objetivo es mantener encendida esa "llamita" que la apasiona por la danza clásica, para poder seguir regalando al público su honestidad y sensibilidad sobre el escenario.












