La población de águila imperial ibérica, una de las especies más amenazadas del planeta, ha encontrado en Castilla y León un espacio propicio para su asentamiento y crecimiento. Según datos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, la presencia de esta rapaz se ha detectado en 191 territorios distribuidos en siete de las nueve provincias de la comunidad autónoma, lo que representa un nuevo máximo histórico.
La tendencia de crecimiento continuo de la población de águila imperial ibérica en Castilla y León se ha venido registrando desde finales de la década de los noventa, pero ha sido especialmente notable a partir de 2019, cuando se detectó la presencia de la especie en más de un centenar de territorios en la región.
Esto se debe, en parte, a las medidas implementadas para su protección, como el seguimiento continuo de la especie y la reducción de la mortalidad por tendidos eléctricos. Además, la gestión forestal sostenible y la mejora de la población del conejo silvestre, su principal fuente de alimentación, han contribuido a que las parejas reproductoras puedan sacar adelante sus nidadas.
Más de la mitad de los 191 territorios en los que se ha detectado la presencia del águila imperial ibérica se encuentran en Zonas de Especial Conservación (ZEC), Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y en montes públicos gestionados por la Junta de Castilla y León o con planificación forestal vigente.
Los pinos, por su longevidad, hoja perenne y frondosidad, así como por la abundancia de conejos en su hábitat, son el lugar preferido por el águila imperial ibérica para anidar. Sin embargo, también se han registrado nidificaciones en álamos y chopos.
La recuperación de la población de esta especie en peligro de extinción en Castilla y León es un logro importante para la conservación de la biodiversidad en la región. Sin embargo, es fundamental mantener y reforzar las medidas de protección para asegurar la supervivencia a largo plazo de esta emblemática rapaz.
