La generación Z, compuesta por quienes nacieron entre 1995 y el 2010, ha iniciado un cambio llamativo en su relación con la tecnología. Estos jóvenes, considerados nativos digitales, ahora muestran cansancio ante el uso constante de redes sociales y buscan distanciarse del celular.
Esta tendencia se vuelve evidente incluso cuando se comparte en plataformas digitales, generando una paradoja. En YouTube circulan videos que enseñan a sentir aburrimiento, como uno de Harvard Business Review titulado "Necesitas aburrirte", que superó 10 millones de reproducciones, reflejando el creciente interés por este tema.
Muchos jóvenes de la generación Z han dejado de lado el teléfono inteligente, mientras que otros han retomado los dumbphones, modelos con teclado físico sin acceso a aplicaciones como WhatsApp. Estos aparatos fueron abandonados por gran parte de la población cuando surgieron los smartphones.
Otra tendencia en ascenso es la conocida como "rawdogging boredom", una práctica que invita a enfrentar el aburrimiento sin usar pantallas. Comenzó con personas que decidieron completar vuelos sin recurrir al celular, y actualmente varios usuarios publican videos en los que registran intentos de pasar al menos 15 minutos sin distracciones digitales.
Para describir estos comportamientos, la generación Z usa conceptos propios, como "doomscrolling", que se refiere al acto de deslizar la pantalla sin pausa durante horas, consumiendo videos breves o noticias negativas, y "brain rot", asociado al agotamiento mental por el consumo digital excesivo.
Especialistas en comunicación señalan que esta generación busca momentos reales y vínculos emocionales presenciales, más sólidos que cualquier interacción en el feed de redes. Para ellos, una pausa permite reconectar con el presente.
El interés por desconectarse también ha generado experimentos individuales, como el del creador Eddy Burback, quien guardó su iPhone en un cofre durante un mes, limitó su computadora a una sola sesión diaria y usó únicamente un teléfono fijo. Su video acumuló casi seis millones de visualizaciones, y varios usuarios coincidieron en afirmar que el aburrimiento impulsa la creatividad y que el teléfono causa distracciones intensas.
No todas las iniciativas son tan extremas. Una de las tendencias más comunes en la actualidad es el "Photo Dump" de Instagram, que consiste en publicar varias fotos en un mismo carrusel que resume una semana o un mes entero, con la intención de mantener un estilo "menos online".
Las empresas también han respondido a esta tendencia. Algunas aplicaciones se han enfocado en reducir el tiempo frente a la pantalla, como ScreenZen, cuyo objetivo es frenar el uso excesivo de TikTok, Instagram y YouTube. Otras aplicaciones, como Mindful, Digipaws y Reef Wellbeing, siguen el mismo camino: bajar la dependencia del teléfono.
Incluso algunas compañías han optado por soluciones más profundas, como la empresa estadounidense Light, que desarrolló el LightPhone, lanzado en 2017 como un dispositivo destinado únicamente a llamadas. Su meta fue diseñar tecnología para usarse lo menos posible.
Una encuesta de Pluxee realizada en junio reveló que el 67% de los consultados redujo su tiempo de uso o desactivó cuentas en redes sociales, siendo la pérdida de tiempo la principal causa (68,6%). Un 20% mencionó ansiedad y estrés derivados del contenido digital.
El estudio indicó que la desconexión no implica aislamiento, sino más bien una búsqueda de reconexiones reales. De los 2.900 entrevistados, una parte importante aumentó actividades fuera de línea como ejercicio, viajes cortos y reuniones con amistades.
Voceros de Pluxee comentaron que las personas muestran mayor conciencia sobre el impacto de la hiperconexión en su bienestar. La tendencia no se limita a recortar minutos en redes sociales, sino que intenta priorizar la salud mental y fortalecer relaciones presenciales.
