El Ejército israelí ha continuado bombardeando la Franja de Gaza y demoliendo estructuras palestinas, en violación del alto el fuego establecido el 10 de octubre, dejando un saldo de más de 400 palestinos muertos y 1.110 heridos desde entonces.
Según datos oficiales, desde el inicio de la tregua, las Fuerzas Armadas israelíes han cometido más de 870 violaciones, incluyendo ataques aéreos y terrestres contra la población civil en Gaza. Estos ataques se han intensificado en las últimas semanas, con bombardeos contra las ciudades norteñas de Gaza, Rafah y Khan Yunis.
Además de los ataques, el Ejército israelí ha continuado con su estrategia de demolición de edificios residenciales en la zona oriental de Gaza, así como la detonación de vehículos blindados cargados con explosivos cerca del cementerio de Al-Batsh, en el barrio de Al-Tuffah.
La crisis humanitaria en Gaza se agrava aún más por el bloqueo israelí, que ha provocado escasez de combustible y amenaza con interrumpir los servicios básicos de la población. El alcalde de Rafah, Ahmed Al-Soufi, advirtió que el municipio enfrenta grandes dificultades para operar equipos de trabajo básicos, como los vehículos de succión de agua de lluvia y de basura, debido a la falta de diésel.
Ante esta situación, Al-Soufi hizo un llamado urgente al mundo para que intervenga y obligue a Israel a reabrir las fronteras y proporcionar combustible a Gaza, con el fin de mitigar la crisis humanitaria que sufren los palestinos.
Las violaciones al alto el fuego por parte de Israel han generado indignación y condenas a nivel internacional, ya que ponen en riesgo la frágil tregua y profundizan el sufrimiento de la población civil en Gaza.
