El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, declaró que el último ataque masivo de Rusia contra Kiev demuestra que el Kremlin no tiene intenciones reales de terminar la guerra en Ucrania.
En la noche del 26 de diciembre, la capital ucraniana sufrió un intenso bombardeo ruso, que dejó al menos tres muertos y decenas de heridos. Este nuevo ataque se produjo poco después de que se registraran varias explosiones en Moscú, lo que llevó a las autoridades rusas a reforzar la seguridad en la ciudad.
Según Zelenski, los ataques de Rusia contra infraestructura civil en Ucrania son una clara señal de que el presidente Vladimir Putin no está interesado en negociaciones de paz. "Estos ataques masivos demuestran que Rusia no tiene intenciones reales de terminar la guerra, sino que quiere continuar aterrorizando a la población ucraniana", dijo el mandatario en un mensaje a la nación.
El ataque a Kiev se produjo horas después de que Rusia lanzara una nueva oleada de misiles y drones contra varias ciudades ucranianas, incluyendo Odesa, Jersón y Dnipró. Los bombardeos causaron cortes de energía y daños en infraestructura crítica, como plantas de energía y sistemas de agua.
Según las autoridades ucranianas, los ataques rusos han dejado sin electricidad a millones de personas en todo el país. Además, los bombardeos han afectado gravemente el sistema de abastecimiento de agua y calefacción, justo cuando se acerca el invierno.
"Rusia sigue atacando a la población civil y a la infraestructura crítica de Ucrania. Esto no es una guerra contra instalaciones militares, sino un intento deliberado de dejar a los ucranianos sin calor, luz y agua en pleno invierno", denunció Zelenski.
El presidente ucraniano hizo un llamado a la comunidad internacional para que incremente el apoyo militar a Ucrania y ejerza más presión sobre Rusia. "Necesitamos más sistemas de defensa aérea, más apoyo financiero y humanitario para hacer frente a esta crisis", dijo.
Por su parte, el Kremlin justificó los ataques como una respuesta a los "actos terroristas" cometidos por Ucrania, en referencia a las recientes explosiones registradas en Moscú y otras ciudades rusas. Sin embargo, Kiev ha negado su participación en estos incidentes.
Los expertos advierten que los bombardeos rusos contra infraestructura civil son una estrategia para quebrar la moral de los ucranianos y forzarlos a aceptar un alto el fuego en condiciones desfavorables para Kiev. No obstante, el gobierno ucraniano ha reiterado su determinación de continuar luchando hasta recuperar todo el territorio ocupado por Rusia.












