Ucrania sufrió intensos ataques rusos en las últimas horas, con bombardeos sobre la capital Kiev y otras regiones del noreste y sur del país, en medio de la expectativa por el próximo encuentro entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y su par estadounidense, Donald Trump.
Los ataques, que dejaron al menos un muerto y 19 heridos, se produjeron en un momento de alta tensión geopolítica, con Rusia buscando presionar a Ucrania antes de la crucial cumbre entre Zelenski y Trump, programada para las próximas semanas.
Las fuerzas rusas lanzaron misiles y artillería contra objetivos en la capital ucraniana, Kiev, así como en regiones del noreste y sur del país, incluyendo Chernígov y Odesa. Según las autoridades ucranianas, los bombardeos causaron importantes daños materiales, pero afortunadamente no hubo más víctimas fatales.
"Rusia está intensificando sus ataques para intentar debilitar a Ucrania antes de la reunión entre Zelenski y Trump. Es una clara señal de que el Kremlin quiere mantener la presión sobre Kiev", explicó un analista geopolítico con sede en Moscú.
La cumbre entre los presidentes de Ucrania y Estados Unidos se perfila como un momento clave en la crisis ucraniana. Zelenski buscará obtener un mayor apoyo militar y económico de Washington, mientras que Trump intentará encontrar una salida negociada al conflicto que no comprometa demasiado a Estados Unidos.
"Ucrania necesita desesperadamente más ayuda de Occidente para hacer frente a la agresión rusa. Zelenski irá a Washington con la esperanza de conseguir un respaldo más contundente de Trump", señaló un experto en relaciones internacionales.
Los bombardeos rusos de las últimas horas son vistos como un intento de Moscú por debilitar la posición negociadora de Ucrania antes de la crucial cumbre. El Kremlin busca mantener su influencia en la región y evitar que Ucrania se acerque demasiado a Occidente.












