Dos trabajadoras de una importante empresa telefónica fueron despedidas después de que un supuesto escándalo sexual entre ellas se hiciera público en la compañía. Sin embargo, la situación se complicó aún más cuando una de las exempleadas, Nely, terminó siendo víctima de una estafa millonaria.
La historia comenzó cuando un guardia de seguridad reportó haber visto una "escena sexual" entre Nely y Malú en el gimnasio de la empresa. Este rumor se propagó rápidamente por toda la compañía a través de los pasillos, la cafetería, los mensajes de texto y las videollamadas.
Aunque Malú negó rotundamente los hechos, el daño a la reputación de ambas ya estaba hecho. Poco tiempo después, Nely y Malú fueron convocadas por Recursos Humanos y se les comunicó que, debido a "reestructuración" de la empresa, sus puestos habían sido eliminados.
Sin posibilidad de apelar, las exempleadas se vieron de pronto en la calle. Nely, quien había trabajado por años en la compañía, recibió una indemnización que intentó utilizar para reinventarse laboralmente.
Fue entonces cuando Nely conoció a Estebano Mateo, un empresario dueño de una planta de agua purificada. Mateo le propuso invertir en su negocio a cambio de una pronta devolución del capital más intereses. Confiando en la oportunidad, Nely aceptó el trato y entregó todo su dinero.
Sin embargo, los meses pasaron y Mateo se negaba a devolver el préstamo, eludiendo los constantes reclamos de Nely. La exempleada telefónica se encontró así víctima de una estafa millonaria, luego de haber perdido su trabajo por un escándalo que, al parecer, nunca existió.
La historia de Nely y Malú es un claro ejemplo de cómo los rumores y la falta de pruebas pueden tener graves consecuencias para los trabajadores, incluso llevándolos a perder sus empleos. Pero también muestra cómo la desesperación económica puede hacer que las personas caigan en engaños que les cuestan aún más.
