La designación de Mara Sedini como vocera del presidente electo José Antonio Kast ha generado revuelo en los últimos días, luego de que resurgieran antiguas declaraciones y publicaciones de la actriz y comunicadora, en las que se la ve participando en marchas feministas y expresando posturas confrontacionales.
Estos antecedentes han puesto en alerta a la Oficina del Presidente Electo (OPE), ya que Sedini es la vocera que Kast eligió durante su transición hacia La Moneda. Si bien en su entorno transmiten que las imágenes no la incomodan y que responden a un período previo al 2019, cuando las convocatorias feministas tenían un carácter más transversal, lo cierto es que su perfil atípico dentro del equipo de Kast ha generado suspicacias en el mundo republicano.
Sedini, de 40 años, no milita en el Partido Republicano, pero ha logrado abrirse espacio dentro de la colectividad. De hecho, ella misma se ofreció a participar en la campaña de Kast a través del principal estratega del candidato, Cristián Valenzuela.
Ahora, su eventual designación como vocera definitiva dependerá de dos factores aún por resolver: la definición política sobre si se optará por "fusionar" los ministerios del Interior y la Secretaría General de Gobierno (Segegob) mediante una figura de biministro, y su desempeño durante la transición, evitando errores y administrando las controversias.
Quienes han trabajado con ella en el comando y en la OPE destacan un desplante poco habitual en los liderazgos de derecha, con un manejo escénico que no pasa inadvertido. Ese rasgo quedó en evidencia durante el cierre de campaña de primera vuelta, cuando Sedini cantó en el escenario del Movistar Arena.
Además, Sedini ha compartido aspectos de su vida privada, como su rol como familia de acogida desde 2022, lo que refuerza una imagen más cercana y social, un componente que Kast buscó incorporar en la campaña de segunda vuelta.
Por ahora, la evaluación a Sedini en el entorno de Kast es positiva, y se suma a su favor el hecho de ser mujer, en un equipo que es mayoritariamente masculino. Sin embargo, su pasado activista y confrontacional aún genera suspicacias en el mundo republicano, por lo que su desempeño en la transición será clave para definir su futuro como vocera del próximo gobierno.
