La empresaria tailandesa Anne Jakrajutatip, copropietaria del certamen Miss Universo, enfrenta uno de los momentos más complejos de su trayectoria empresarial. Las autoridades de Tailandia ordenaron el congelamiento de sus cuentas bancarias y activos, una medida que profundiza las acusaciones de fraude financiero en su contra.
La decisión surgió tras una solicitud formal de la Comisión de Bolsa de Valores de Tailandia (CBVT), que actuó luego de que la empresaria no compareció al cierre de su juicio, situación que derivó en una orden de arresto en su contra. Aunque el Tribunal aún no ha emitido un fallo definitivo, la CBVT ya calificó a Jakrajutatip como una persona "no apta y poco confiable para los negocios", una advertencia que agrava su panorama legal y financiero.
Tras la sanción, la copropietaria de Miss Universo quedó imposibilitada de ejercer cargos en empresas públicas y tampoco podrá salir de Tailandia. La restricción limita cualquier operación corporativa y aumenta la presión sobre su entorno empresarial. La incertidumbre también rodea su paradero actual, ya que las autoridades no han confirmado su ubicación.
Las acusaciones se remontan a 2023, cuando el cirujano plástico Raweewat Maschamadol presentó una denuncia formal señalando fraude, ocultamiento de información y mentiras durante negociaciones de inversión en JKN Global Group, la empresa de Jakrajutatip. Según el expediente, la empresaria impulsó la compra de bonos por 30 millones de baht tailandeses (aproximadamente 880 mil dólares) mientras ocultaba la situación financiera real de su compañía, lo que derivó en un perjuicio económico para el denunciante.
Un documento judicial emitido en noviembre pasado recoge un señalamiento contundente que refuerza las acusaciones: "La acusada lo invitó a invertir sabiendo de su incapacidad para devolver el dinero en el tiempo acordado".
La incertidumbre también rodea el futuro administrativo y financiero de Miss Universo, uno de los concursos más influyentes del mundo. En octubre de 2022, Jakrajutatip adquirió el certamen por 20 millones de dólares, operación que marcó su ingreso definitivo al negocio global del entretenimiento. Sin embargo, en enero de 2024, vendió el 50% de las acciones al empresario mexicano Raúl Rocha, quien también enfrenta acusaciones judiciales en México, incrementando el impacto reputacional del escándalo.
El avance del proceso judicial en Tailandia genera dudas sobre la estabilidad del certamen Miss Universo, cuya nueva administración se ve envuelta en un complejo escenario legal y financiero.









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