La película "Cadena de Favores", dirigida por Mimi Leder, se ha convertido en un símbolo de esperanza para los guatemaltecos en un momento de crisis nacional. La trama, que gira en torno a un niño que inicia una ola de buenas acciones sin esperar nada a cambio, ha inspirado a los ciudadanos a replicar esa idea y crear una verdadera "cadena de favores" en un país donde el Estado parece haber abandonado a los más vulnerables.
A finales de 2025, Guatemala enfrenta una situación desesperanzadora. La pobreza y la miseria se han vuelto rutina, los niños siguen deambulando por las calles y la sensación generalizada es que no hay un Estado que acompañe, proteja o asista a la población. Sin embargo, en medio de este panorama sombrío, surge una luz de esperanza en la capacidad de los propios ciudadanos de ayudarse mutuamente.
Tal como sucede en la película, pequeños gestos de bondad, como comprar comida para un niño en situación de calle, pagar el pasaje a un desconocido o regalar tiempo sin esperar nada a cambio, se han convertido en actos cotidianos que sostienen buena parte de lo que queda de Guatemala. Estos "milagros cotidianos", casi invisibles, son los que mantienen viva la esperanza en un país que parece a la deriva.
La autora del texto reflexiona sobre cómo, en ausencia de un Estado presente, la capacidad de los guatemaltecos de ayudarse entre sí se convierte en una fuerza poderosa. Así como en la película una simple idea cambió destinos enteros, la autora invita a los lectores a iniciar su propia "cadena de favores" este fin de año, más allá de grandes donaciones o gestos heroicos, a través de pequeños actos de bondad que puedan hacer la diferencia en la vida de otros.
La idea es que, si cada persona realiza un simple favor, esa chispa puede convertirse en un "incendio de esperanza" que ayude a reconstruir el país. Porque, como señala la autora, "cuando la bondad se multiplica, la esperanza deja de ser teoría y se convierte en país". En un momento en que Guatemala parece a la deriva, esta "cadena de favores" inspirada en una película podría ser la clave para encender una luz donde hoy solo hay sombras.










