El gobierno del presidente Rodrigo Paz Pereira en Bolivia enfrenta tensiones y desafíos luego de tomar la decisión de retirar los subsidios a los combustibles, una medida que ha generado rechazo y protestas de diversos sectores.
La decisión, plasmada en el Decreto Supremo 5503, ha sido calificada como "excelente e ineludible" por algunos, pero también ha enfrentado críticas y oposición, especialmente del vicepresidente David Lara, quien se ha declarado abiertamente en contra de la medida.
Tuto Quiroga, líder de la oposición, ha insistido en buscar excepciones a la eliminación del subsidio, sugiriendo mantener la subvención para los transportistas, lo que ha sido cuestionado por analistas que consideran que algunos "transportistas" podrían estar aprovechando el producto subvencionado para fines comerciales.
El gobierno ha argumentado que la medida es necesaria e ineludible para sanear las finanzas públicas y evitar el "suicidio político" que significaría volver atrás. Sin embargo, la decisión ha generado malestar y protestas, especialmente en sectores populares y de bajos ingresos, que ven afectado su poder adquisitivo.
La Confederación Obrera Boliviana (COB) ha convocado a una protesta nacional, mientras que la Alcaldía de Santa Cruz ha anunciado tres medidas para mitigar el impacto del retiro de los subsidios, como subsidios al transporte público y apoyo a los sectores más vulnerables.
En este contexto de tensiones y desafíos, el gobierno de Paz Pereira deberá navegar con cautela y diálogo para lograr implementar la medida de manera efectiva y sin generar mayor conflictividad social.











