La esperanza de lograr un tratado global vinculante para reducir la contaminación por plásticos se ha visto frustrada este año. A pesar de los esfuerzos del sector privado y de algunos países por avanzar en este tema, la polarización política y el debilitamiento de las instancias multilaterales terminaron por socavar el proceso de negociación.
Si bien a nivel internacional no se logró el ansiado acuerdo, en Chile se registraron algunos avances durante el 2025. Se implementó la recolección puerta a puerta de plásticos y otros envases en más de 60 comunas del país, se realizó la primera Semana Nacional del Reciclaje y se desarrolló la consulta pública para actualizar el Reglamento Sanitario de los Alimentos, un instrumento clave para habilitar el uso de materiales reciclados en contacto con alimentos.
No obstante, persisten brechas importantes, como las bajas tasas de reciclaje, la falta de valoración del mercado por el uso de material reciclado y la poca participación activa de la ciudadanía. Además, este fue un año complejo para la sustentabilidad, con empresas que recortaron presupuestos o cerraron sus áreas verdes.
"No nos encontramos en el mismo punto", afirma el texto. La contaminación por plásticos es un desafío social y económico urgente, cuyas soluciones dependen de la acción coordinada de todos los actores: Estado, empresas, academia y sociedad civil. Ahora queda en manos del nuevo gobierno tomar las decisiones necesarias para avanzar en este problema ambiental.











