En un cambio histórico para el sistema de identificación en México, el gobierno federal anunció la transformación de la Clave Única de Registro de Población (CURP) en una versión con datos biométricos, cuya implementación completa se prevé para 2026.
La medida busca modernizar y robustecer la identificación oficial del país, pero ha generado debates sobre su obligatoriedad, plazos y usos. Durante 2025 se dieron pasos legales y técnicos para la transición, incluyendo la publicación en el Diario Oficial de la Federación del decreto que reforma la Ley General de Población para incorporar fotografía, huellas dactilares y escaneo de iris al registro nacional de identidad.
Aunque la obligación legal ya está establecida y el esquema de implementación en marcha, la exigencia de la CURP biométrica para trámites específicos empezará de forma escalonada, con un despliegue nacional en 2026. Este calendario y los usos proyectados marcan la pauta para dependencias públicas y privadas que deberán adaptarse al nuevo estándar.
Expertos y autoridades coinciden en que la medida persigue mayor seguridad y confiabilidad en la identificación, con la intención de reducir fraudes, suplantación de identidad y errores administrativos, además de facilitar la interoperabilidad entre sistemas de gobierno.
La CURP biométrica se ha puesto en marcha de manera gradual para permitir pruebas operativas y la adaptación de sistemas locales y nacionales. Desde julio de 2025, varios estados han habilitado módulos especiales donde se puede tramitar la nueva CURP, y a partir de enero de 2026, podrá gestionarse en módulos del Registro Civil y oficinas del Registro Nacional de Población (RENAPO) a nivel nacional.
Se espera que la exigencia legal de la CURP biométrica como identificación oficial requerida para trámites sea efectiva desde febrero de 2026, cuando la versión convencional dejará de ser aceptada en gestiones que requieren verificación de identidad. Este esquema gradual busca mitigar contratiempos técnicos y asegurar la cobertura en todo el territorio.
A partir de febrero de 2026, la CURP biométrica tendrá carácter de identificación oficial en una amplia gama de procesos públicos y privados, incluyendo trámites como apertura de cuentas bancarias, inscripción en programas sociales, solicitud de pasaportes y licencias de conducir, entre otros.
Para tramitar la CURP biométrica será necesario presentar documentos como identificación oficial vigente, acta de nacimiento certificada, comprobante de domicilio y un correo electrónico activo. El proceso de captura incluye escaneo de huellas y registro de rasgos biométricos, con consentimiento explícito del titular y bajo marcos de protección de datos personales.
Si bien las autoridades subrayan los beneficios en términos de seguridad e interoperabilidad, organizaciones de la sociedad civil han expresado preocupaciones sobre la vigilancia y centralización de información sensible. El desafío será equilibrar la modernización de la identificación nacional con la salvaguarda de los derechos y libertades de los ciudadanos.
