La interpelación del ex ministro de Defensa, Javier García, por la polémica compra de dos patrullas oceánicas al astillero Cardama de Vigo ha desatado una fuerte indignación en Uruguay. El autor del artículo, Esteban Valenti, expresa su "indignación y verg enza" ante lo que considera una serie interminable de ilegalidades, fraudes y maniobras por parte del gobierno del Partido Nacional.
Según Valenti, la premeditación del fraude fue "planeada con tal alevosía y nocturnidad" que dos integrantes de la lista de García, Javier García y Gabriel Gianoli, fueron designados para presidir la Comisión de Defensa del Senado y la Cámara de Diputados respectivamente, con el objetivo de "cubrir los flancos del fraude".
El autor señala que la estafa no solo es un atentado contra el gobierno actual, sino también contra el propio Partido Nacional, su historia, moral y futuro. Lacalle Pou, quien encabezó personalmente la operación de compra de las patrullas, estaría "atentando contra su partido" a pesar de consolarse con las encuestas.
Valenti hace un llamado a no tolerar la impunidad, independientemente del cargo que hayan ocupado los involucrados, y a que paguen por su participación en este "fraude tan evidente". Asimismo, destaca la importancia de los partidos políticos como pilares fundamentales de la democracia uruguaya, y lamenta la "blandura" del gobierno actual en el manejo de la herencia del anterior.
El artículo también hace un recorrido histórico sobre la Revolución de las Lanzas, liderada por Timoteo Aparicio en 1870-1872, como antecedente de la lucha del Partido Nacional por la participación en el gobierno. Valenti se pregunta qué tiene que ver ese momento fundante del partido con "esta serie ininterrumpida de inmoralidades y amoralidades".
En este contexto, el autor reivindica la figura de Wilson Ferreira Aldunate y su legado de "responsabilidad republicana", al poner los principios de la República por encima de su propio destino político. Concluye que la acusación de García a dos oficiales de la Armada enviados a controlar la construcción de las patrullas "afrentaría a la Armada, pero insulta al Partido Nacional".












