El cooperativismo, un movimiento con más de un siglo de historia en Latinoamérica, se presenta como una alternativa clave para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo en la región. Según expertos, estas organizaciones, centradas en la participación social y el acceso a bienes y servicios básicos, han generado nuevas experiencias que fortalecen la capacidad de la sociedad para autoorganizarse y alcanzar objetivos que trascienden lo político-institucional, incidiendo también en lo económico y social.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afirma que un Estado orientado al desarrollo inclusivo y sostenible debe tener la capacidad de formular e implementar estrategias para alcanzar metas económicas, sociales y ambientales. En este contexto, el movimiento cooperativo se erige como uno de los mejores referentes de organización de la economía social en la región.
Recientemente, Panamá fue sede de la Convención Internacional COOPCIONES 2024, en la que más de 300 cooperativistas del Caribe, Centroamérica y Suramérica expusieron tendencias en prospectiva estratégica, cumplimiento, economía social, seguridad de la información, sostenibilidad y transformación organizacional. En este espacio, se abordaron temas clave para el fortalecimiento del cooperativismo, como la identificación y análisis de factores externos y el desarrollo de competencias para el análisis del futuro.
Según los expertos, el cambio constante obliga a las organizaciones cooperativas a pensar, razonar y actuar con visión de futuro, tanto a corto como a mediano y largo plazo. Esto implica que, lejos de aferrarse al pasado, deben crear el futuro, adelantándose a los cambios y a la complejidad de estos tiempos, lo que exige una nueva forma de pensamiento, alejada de fórmulas tradicionales.
"La prospectiva cooperativa requiere un cambio de mentalidad. Las ideas individualistas erosionan el sentido de pertenencia y debilitan la percepción de que la cooperativa es verdaderamente de sus asociados", explica el economista y autor del artículo. "Cuando se pierde esa identidad y se reduce al asociado a un número o a un cliente sin rostro humano, se corre el riesgo de olvidar el bien común y el bien social".
En este sentido, la prospectiva se presenta como una forma de reflexión colectiva que moviliza las mentalidades frente a los cambios del entorno estratégico, buscando mitigar los efectos de la aceleración del cambio y el aumento de la incertidumbre. "El futuro no está escrito y es, precisamente, la razón de ser del presente. Construyamos, entonces, una prospectiva basada en una visión global y sistemática, orientada a generar sinergias en torno a los objetivos que aspiramos alcanzar", concluye el experto.












