El presidente electo de Chile, José Antonio Kast, es un hombre de profundas convicciones religiosas que se formó bajo los lineamientos del movimiento católico conservador Schoenstatt. Este grupo, fundado en Alemania en 1914, tiene una fuerte presencia en América Latina, incluyendo Chile, donde el propio fundador vivió durante un tiempo.
Kast, de 59 años, dejó en claro su vínculo con Schoenstatt en su primer discurso tras ganar las elecciones presidenciales, cuando afirmó que "nada es posible si no tuviéramos a Dios" y que "nada ocurre en la vida, para los que somos de fe, que no sea en relación directa con Dios".
Estas declaraciones no sorprenden, ya que tanto Kast como varios de sus hermanos se formaron bajo la influencia de Schoenstatt, un movimiento que se caracteriza por su marcado "carácter mariano" y que busca "la formación de un hombre y de una comunidad nueva que sirvan a la Iglesia y a la sociedad", según explica el padre Felipe Ríos, coordinador del grupo en América.
Schoenstatt es una organización dentro de la Iglesia católica que cuenta con una rama laica y otra religiosa, incluyendo una orden sacerdotal y una comunidad de mujeres laicas consagradas. Si bien comparte algunas similitudes con el Opus Dei, como el rigorismo sexual y moral, se diferencia en que no ha intentado influir directamente en la política, a diferencia de la organización fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer.
Hasta la elección de Kast, solo otro miembro de Schoenstatt había ocupado un alto cargo en Chile: su hermano mayor, Miguel, quien se desempeñó como ministro y presidente del Banco Central durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Los vínculos de Kast con este movimiento católico conservador han generado preocupación en algunos sectores de la sociedad y la prensa chilena, que lo han calificado de "ultracatólico" u "ultraconservador". Sin embargo, desde Schoenstatt se afirma que no son de los más conservadores dentro de la Iglesia.
La expansión de Schoenstatt por América Latina, impulsada por su propio fundador, el sacerdote alemán José Kentenich, ha sido significativa, con presencia en casi todos los países de la región. En Chile, en particular, el movimiento tiene una fuerte implantación, con casi 80 santuarios solo entre este país, Argentina y Brasil.
No obstante, la figura de Kentenich ha sido cuestionada en los últimos años, luego de que la historiadora italiana Alexandra von Teuffenbach publicara información sobre supuestos abusos sexuales cometidos por el sacerdote contra una integrante de Schoenstatt en Chile en 1947. Esto ha paralizado el proceso de beatificación del fundador, iniciado en 1975.
