A las afueras de la ciudad sudafricana de Johannesburgo, un tiroteo masivo en un bar dejó al menos 9 personas muertas y 10 heridas en la madrugada del domingo 21 de diciembre. Según las autoridades, un grupo de aproximadamente 12 sospechosos irrumpió en el establecimiento y abrió fuego indiscriminadamente contra los clientes.
El ataque ocurrió alrededor de la 1:00 a.m. en un bar de la localidad de Bekkersdal, ubicada al suroeste de Johannesburgo. Tres de las víctimas fallecieron en el lugar, mientras que el resto perdió la vida mientras intentaban escapar del establecimiento. Entre los occisos se encontraba un conductor de un servicio de transporte en línea que solo pasaba por la zona.
Tras el crimen, los agentes policiales iniciaron una búsqueda para dar con el paradero de los sospechosos, quienes también habrían robado las pertenencias de las víctimas. Por el momento, se desconoce el motivo del asesinato, pero las autoridades lo calificaron como un hecho de "pura criminalidad".
Este violento incidente se produce tan solo dos semanas después de otro ataque registrado el 6 de diciembre, en el que al menos 12 personas fueron asesinadas en un albergue de trabajadores por un grupo armado. Estos hechos se suman a la grave crisis de inseguridad que enfrenta Sudáfrica, un país reconocido como el más industrializado del continente africano, pero que afronta serios desafíos relacionados con la delincuencia y la corrupción.
Según informes policiales, entre abril y septiembre de 2025 se registró un promedio de 63 homicidios diarios en Sudáfrica, lo que evidencia la magnitud de la problemática. Las autoridades han hecho un llamado a la población para que proporcione información relevante que ayude a esclarecer este último ataque y dar con los responsables.












