René Betancourt Quito, un juez de Ecuador, denunció sentirse abandonado y solo durante las festividades de Navidad en un conmovedor testimonio publicado en medios locales.
En su escrito, Betancourt afirma que la frase "los valientes están solos", escrita por el periodista Felipe Rodríguez, refleja con precisión su realidad. Sin embargo, advierte que la imagen que se proyecta es incompleta, pues en Ecuador "la soledad se administra: se finge respaldo, se retiran garantías y se deja al juez librado a su suerte".
El magistrado relata que, a pesar de ser una época de celebración y reunión familiar, él se encontró solo en su despacho durante la Navidad, sin recibir visitas ni muestras de apoyo de sus colegas o superiores. Betancourt describe un sentimiento de abandono y desamparo institucional que, según él, es común entre los jueces en su país.
"Cuando uno se enfrenta a situaciones difíciles, espera al menos un gesto de solidaridad, una llamada, una visita. Pero nada de eso llegó. Estuve solo, como un juez olvidado en su propia trinchera", lamenta el magistrado en su desgarrador testimonio.
La denuncia de Betancourt pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los jueces en Ecuador, quienes a menudo se ven aislados y desprotegidos en el ejercicio de sus funciones. Su relato refleja una realidad que trasciende lo individual y apunta a problemas estructurales en el sistema judicial del país.
Expertos en el tema señalan que el abandono y la soledad de los jueces pueden tener graves consecuencias, no solo a nivel personal, sino también en la calidad y la independencia de la administración de justicia. Algunos abogan por la implementación de mecanismos de apoyo y acompañamiento que fortalezcan la labor de los magistrados y les brinden un entorno más propicio para el desempeño de sus funciones.
El caso de René Betancourt Quito ha generado una ola de reacciones y solidaridad en Ecuador, donde se espera que su denuncia contribuya a visibilizar y abordar los desafíos que enfrentan los jueces en el país.
